La actividad política en Venezuela, transcurre entre los que propician el diálogo y los que nos sostienen en una permanente confrontación. Es evidente que este vaivén de empujones y palmadas con sonrisas al que estamos sometidos nos ha conducido a una desmejora constante en nuestra forma de vida; donde cada quien impone sus posiciones políticas como las correctas y las convierte en bastiones irreductibles al momento de discutir alternativas y soluciones.
Se observa que los que ejercen el poder han desarrollado un modo novedoso de hacer política. Donde hablan permanentemente de sostener los diálogos como un medio de participación para resolver las diferencias, pero al momento de la posibilidad de lograr algún acuerdo lo que observamos es que toman decisiones a través de las instituciones del estado, que le resultan siempre muy favorables para ellos y crean limitantes para la participación electoral de los que conforman la disidencia política en el país.
Se hace evidente cómo esta estrategia le es muy ventajosa y la misma se ha convertido en un modelo de política de estado, mediante la cual se implementan decisiones que no provienen del diálogo y entendimiento entre los actores políticos, dejando a un lado las propuestas realizadas por los otros voceros de los partidos contrarios, con lo cual lo que se propicia es una mayor confrontación y el diálogo se convierte en una utopía.
Estas decisiones contradicen los distintos anuncios de la vocería oficial, en el cual sostienen que hay que sostener el diálogo como necesario para resolver las diferencias y lograr los acuerdos necesarios en los distintos temas importantes del país que se necesitan solucionar de manera urgente. Lo observado es que las decisiones tomadas le dan evidentes ventajas a una sola de las corrientes en pugna, que es la que representan al sector oficial… Voceros políticos opositores lo consideran una desmejora preocupante de nuestros derechos ciudadanos, a la vez paraliza las decisiones necesarias para lograr superar las limitantes que frenan cualquier posibilidad de mejorar nuestras condiciones de vida, estas se hacen evidentes en el día a día que nos corresponde resolver las complejidades que nos agobian.
Ya se hacen anuncios para la convocatoria a un nuevo proceso electoral para el próximo 6 de diciembre, con la participación de casi un centenar de organizaciones políticas, donde se van a elegir los diputados que van a conformar la Asamblea Nacional. Sin embargo lo que se observa es que esta decisión deja por fuera la participación de buena parte de los partidos que conforman la actual Asamblea Nacional, lo cual elimina cualquier expectativa de diálogo, ya que los que han decidido participar en este proceso electoral consideran como un hecho cumplido la elección de la nueva junta directiva del Consejo Nacional Electoral y la convocatoria a elecciones para el seis de diciembre, lo cual unido a la decisión de aumentar el número de diputados a 277 y la implementación de la proporcionalidad, crea un panorama más complejo y angustioso para los meses por venir.
La Iglesia exhorto en el marco de la beatificación del doctor José Gregorio Hernández a dialogar y lograr soluciones que permitan salidas a la difícil situación en que nos encontramos. Ojalá sus palabras sean escuchadas y faciliten soluciones para el bien del país. Nos los merecemos.
Vicente Brito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo,
la Propiedad y la Constitución.
Nota de prensa