Mesonero virtual en un restaurante español para evitar los contagios de Covid-19

Mesonero virtual en un restaurante español para evitar los contagios de Covid-19

El dueño de Funky Pizza, Carlos Manich, posa con una pizza y un telefóno móvil con la aplicación “Funky Pay” frente a su restaurante en Palafrugell, cerca de Girona, Cataluña, España, el 31 de julio de 2020. REUTERS/Nacho Doce

 

 Un restaurante de la costa norte mediterránea de España es pionero en una experiencia gastronómica que permite a los clientes evitar la mayor parte del contacto cara a cara con el personal y reducir el riesgo de contagio de coronavirus .

Los clientes de Funky Pizza, en Palafrugell, un municipio de la comarca del Baix Empordà, en Cataluña, muy popular entre los turistas, pueden consultar el menú, pedir y pagar a través de sus teléfonos móviles mediante la aplicación “Funky Pay”.

Se trata de la primera vez que una aplicación diseñada para este propósito se integra en el sistema de pedidos de un restaurante en España.

Un camarero es el encargado de llevar a cabo el pedido a la mesa.

“A través de este sistema hemos intentado apartarnos a nivel físico con el cliente, buscar el distanciamiento físico, que es lo que la gente busca durante el COVID”, dijo el propietario del restaurante, Carlos Manich.

El personal gestiona los pedidos desde las pantallas que hay detrás de la barra.

El restaurante ha tenido que tener las normas de distanciamiento social reduciéndose exclusivamente al servicio de mesa y recordando a los clientes a su entrada que deben llevar a cabo mascarilla en todo momento cuando no están en sus mesas.

“Muy interactivo, muy sencillo, la aplicación muy cómoda, rastrea el estado de tu pedido y puedes ver cuándo está en la cocina o cuando llega, así que por ahora muy contenta”, dijo Claudia Medina, de 26 años, mientras comía en el restaurante

Pero algunos clientes no estaban de acuerdo. “Creo que perdemos la sensación que tiene tiene el camarero: por ejemplo, cuando se pide no se puede preguntar por diferentes diferencias o cantidades”, dijo otro cliente, Javier Comas, de 26 años.

Reuters

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