Olivar y la construcción del otro sentido común Por Luis Barragán

Olivar y la construcción del otro sentido común Por Luis Barragán

Luis Barragán @LuisBarraganJ

En términos generales, puede concebirse el presente régimen como el de una insólita irracionalidad. Por supuesto, cuenta con un entramado lógico de circunstancias, sucesos y actores que responden al ejercicio de un sentido perverso del poder, cuya primera ventaja es  la de escapar o pretender escapar de la más elemental sensatez para aproximarlo, analizarlo e, incluso,  combatirlo.

Cada vez, cobra una mayor importancia una relación sostenida con los sectores organizados del pensamiento que, en lugar de recrearse en sus torres marfiladas, sean capaces de abordar los acontecimientos públicos con las mejores herramientas de sus muchos años de rigurosa formación, por cierto, incompatibles con un favor burocrático de ocasión. Importa reconocer que el promedio de la dirigencia política y social que sobrevive, no ha repudiado la herencia de una mentalidad e interpretación evidentemente desbordada en lo que va de siglo, reacia al estudio y a la reflexión que explican también las duras exigencias del oficio.

Por estos años, tuvimos la suerte de acceder a un conjunto de probados investigadores que nos aportaron muchas luces en áreas como el de las relaciones civiles – militares y la defensa del Esequibo, por ejemplo, aunque igualmente nos apremian todavía con sendas interrogantes, obligados todos a un distinto esfuerzo opositor. Entre ellos, destaca el Dr. José Alberto Olivar, quien, en una ocasión, tempranamente, hizo una muy importante contribución en torno a la discursividad del ministro de la Defensa de la usurpación, en la   plenaria del parlamento, publicado en un libro que ya tiene una segunda edición, liberado en las redes (https://www.unimet.edu.ve/wp-content/uploads/2018/05/El-Estado-Cuartel-en-Venezuela-pub-1.pdf); y, recientemente, ha publicado un artículo académico, nada casual, sobre el mismo titular que permanece, siendo el único sobreviviente activo de la promoción de 1984 (http://bolivarium.usb.ve/pub/anuario2019.html), reconocido – además – el mérito de los otros aportantes a una materia difícil y compleja.





Sugerimos no sólo la lectura de los textos ya citados, sino el acercamiento a la obra de un historiador responsable que, adentrándose en los eventos que tejen estos días interminables, nos orientan sensata, razonable y convincentemente para perfilar otros horizontes que muy poco o nada le deben a esa herencia recibida y urgida de cuestionar. De no hacerlo,  repetiremos infinitamente la tragedia agigantándose la piedra con la que por siempre hemos tropezado.

Valga reconocer la influencia ejercida por  el Dr. Olivar en nuestra propia y modesta discursividad parlamentaria, en las materias señaladas, como en la concepción y desarrollo de una perspectiva diferente sobre la universidad. Presto al  intercambio, a la discusión y a la polémica, ha sido paciente y también prudente porque se sabe, y sabemos, como nos lo ha enseñado, que nadie monopoliza la verdad.