Celina Añez y Baldomero Vásquez: La Luna de Miel de Hitler y Stalin duró 22 meses

Celina Añez y Baldomero Vásquez: La Luna de Miel de Hitler y Stalin duró 22 meses

 

“Anticomunista” es uno de los estigmas más importantes que disparan contra quienes denuncian los grandes crímenes del socialismo real y las similitudes del nazismo y el comunismo. Es una descalificación retórica y vacía, a la que vale responder resaltando no sólo las semejanzas teóricas de ambos regímenes, sino las afinidades que en la experiencia histórica tuvieron.





Debemos a Hannah Arendt, en “Los Orígenes del Totalitarismo” (1951), el inestimable aporte de  integrar el nazismo y el comunismo en un solo concepto teórico: totalitarismo. Aunque es importante apuntar que para su momento aquellos dos fenómenos sociales se encontraban en vectores temporales diferentes: el primero expiraba históricamente de manera irremediable a raíz de su derrota en la segunda guerra mundial, al otro le esperaban varias décadas de vida hasta su bienvenido fallecimiento en 1991.

Fue precisamente la participación de la URSS en la guerra contra Alemania uno de los elementos más importantes que dio legitimidad mundial al comunismo soviético. La propaganda emanada del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), difundida por sus sucursales alrededor del mundo, presentaría a la URSS y a Stalin como campeones de la lucha antifascista A tal fin, se remarcaba la importancia de la derrota sufrida por Hitler en Stalingrado.

A nuestro juicio sería erróneo extraer de esa historia de vencedor la conclusión de que Stalin y el comunismo soviético eran antifascistas por sus principios socialistas, pues su declaración de guerra contra Alemania fue una respuesta a la invasión nazi a la URSS en junio de 1941 (Operación Barbarroja). Este no fue el caso de Inglaterra y Francia, potencias que entraron en guerra contra Alemania sin haber sufrido ningún ataque militar de su parte.

Al contrario de lo que siempre divulgó la propaganda comunista, mostraremos que hubo una gran afinidad entre el comunismo estalinista y el nazismo. Prueba del entendimiento fraterno y afectuoso que hubo entre Hitler y Stalin, y que perduró durante los veintidós meses previos a la invasión alemana, fue el banquete ofrecido el 28 de septiembre de 1939 por Stalin en honor de von Ribbentrop para celebrar las exitosas invasiones a Polonia realizadas por ambos regímenes, los nazis el 1 de septiembre y el 17 los comunistas soviéticos. La mutua voluntad de acentuar las relaciones políticas y económicas entre Alemania y la Unión Soviética marcaría el tono de los brindis (1).

El telegrama de felicitación de Hitler a Stalin

Pero la más significativa prueba de afecto y cordialidad entre los dos líderes totalitarios ocurriría el día del cumpleaños de Stalin, en diciembre de 1939. El telegrama de felicitación del Fuhrer decía:

“Con motivo del sesenta aniversario de su nacimiento, le ruego reciba mis felicitaciones más sinceras. Aprovecho la ocasión para formular mis mejores votos por su salud personal y por el dichoso porvenir de los pueblos de la Unión Soviética, que mantiene amistosas relaciones con el Reich”.

Y en la cordial respuesta de Stalin leemos:

“Os doy las gracias por vuestra felicitación y también os expreso mi gratitud por los buenos deseos que expresáis para los pueblos de la URSS” (2).

Razonablemente Stalin no podía creer en una invasión de tan entrañable amigo, lo cual explica el comunicado emitido por la agencia TASS siete días antes del ataque:

“Ante los absurdos rumores, los organismos responsables juzgan necesario afirmar que son pura propaganda lanzada por las fuerzas contrarias a la URSS y a Alemania, con el fin de extender e intensificar la guerra” (Ailsby C. TERCER REICH día a día. Ed. LIBSA. p.139).

La amnesia de los intelectuales izquierdistas

Son muchos los criminales acontecimientos históricos relevantes ocurridos el siglo pasado respecto a los cuales los intelectuales izquierdistas padecen amnesia. Cual fanáticos monotemáticos, viven para denunciar al “imperialismo norteamericano” y jamás analizan otros acontecimientos de gran repercusión histórica.

Tan vocingleros para otras cosas, estos izquierdistas callan sobre: las hambrunas registradas en la URSS y China como consecuencia de las políticas genocidas perpetradas por Stalin y Mao; la persecución y asesinato de los miembros de etnias no rusas en tiempos del Padre de los Pueblos; el infernal paraíso socialista de la Camboya de los Jemeres Rojos, entre 1975 y 1979; la invasión imperialista soviética de Afganistán y las crueldades de los soldados rusos, en 1980; la amenaza de guerra nuclear que corrió la humanidad en agosto de 1962 al conocerse la instalación de armas atómicas en Cuba con el permiso de Fidel Castro quien así se integraba a la Guerra Fría del lado de la URSS; etc.

A nuestro juicio, el mayor y más vergonzoso silencio de los socialistas ha sido el relacionado con los campos de concentración soviéticos, sobre el Gulag, donde se asesinaron a millones de personas inocentes. Nunca se refieren a esos campos. ¿Por qué? Porque revelan el carácter totalitario, similar al del régimen nazi, del sistema socialista que rigió en la URSS.

Y por supuesto que la larga luna de miel entre Hitler y Stalin (duró 22 meses, del 23/agosto/1939 al 22/junio/1941) es otro de los temas que nunca es abordado por los izquierdistas que se autodefinen como “antifascistas”, mientras acusan de “fascistas” a los demócratas.


1) http://hemeroteca.lavanguardia.es/preview/1940/10/27/pagina-5/33122507/pdf.html?search=telegramahitlerstalin

2)  http://hemeroteca.abc.es/cgi-bin/pagina.pdf?fn=exec;command=stamp;path=H:%5Ccran%5Cdata%5Cprensa_pages%5CMadrid%5CABC%5C1939%5C193912%5C19391228%5C39D28-010.xml;id=0000353545