Gente explica las razones para no participar en las elecciones del #6Dic

EFE/Miguel Gutiérrez

 

Generación Independiente (Gente) explica las razones para no participar en las elecciones del 6 de diciembre, a continuación el comunicado:

Caracas, 6 de Septiembre de 2020






Señores
Consejo Nacional Electoral (CNE)
Su Despacho. – –

Con ocasión de estarse desarrollando actualmente el proceso de postulación de candidaturas en el contexto de unas llamadas “elecciones parlamentarias” que han sido convocadas para el próximo 6 de diciembre, nuestra organización política, GENERACIÓN INDEPENDIENTE (GENTE), se ha tomado la libertad de plasmar en esta comunicación lo que en su opinión son cuestiones fundamentales para que en Venezuela se lleven finalmente a cabo elecciones libres, transparentes, creíbles, competitivas y democráticas, que den legitimidad a todo su sistema político.

Comenzamos por ratificar en todas y cada una de sus partes el contenido de nuestra comunicación a ustedes dirigida en fecha 10 de julio del presente año -en su condición de órgano rector electoral, pese a la evidente falta de legitimidad que les cobija desde el momento mismo de sus respectivas designaciones como “Rectores”- en la que planteamos los que en nuestro criterio son algunos de los requisitos indispensables con los que deben contar futuros procesos electorales en Venezuela, comenzando por la elección presidencial que está pendiente de legitimación en nuestro país desde 2018.

Nuestra aspiración fue dejar claramente establecida ante quienes detentan el poder de facto en materia electoral, nuestra exigencia de que los procesos comiciales, cualesquiera que ellos fueren, deben siempre realizarse en buena y debida forma; tal como lo exige la práctica democrática que hoy exhibe imponente un insoslayable régimen de inexorables estándares internacionales.

Arbitro electoral ilegítimo

En efecto, entre dichos estándares se encuentra la existencia de una instancia arbitral nacional confiable. Ese árbitro electoral está hoy altamente cuestionado en Venezuela, al punto de contarse entre las instituciones que mayor desconfianza generan en la población en general. La designación de ustedes como Rectores del poder electoral (CNE) mediante subterfugios político-legales, utilizando para ello la vía excepcional del poder judicial (TSJ espurio) al tiempo de transgredir las disposiciones constitucionales aplicables de manera preferente, es claramente indicativo de su ilegitimidad.

En poco tiempo de gestión la rectoría electoral por ustedes encabezada ha hecho méritos para profundizar esa desconfianza. Anuncian por todos los medios unas elecciones parlamentarias destinadas a ser una referencia internacional de ilegitimidad, modifican de manera inconstitucional e inconsulta el número de diputados a elegir, y compran al amparo de una alarmante opacidad las correspondientes máquinas de votación. ¿Cómo queda la democracia en este caso?

Requisitos de naturaleza política, más que electoral

En nuestro criterio, para que haya democracia en la Venezuela de hoy deben concurrir cuatro elementos en el escenario político:

– Primero, el cese de usurpación del poder político de manera que se pueda dar paso a un Gobierno de transición con capacidad de convocar al país a los efectos de relegitimar su sistema político a través de elecciones justas y libres, reconocidas por todos, dentro y fuera de los confines de la Patria.

– Segundo, la desaparición de esa suerte de “Espada de Damocles” representada por la ilegítima y muy cuestionada Asamblea Nacional Constituyente (anc-2017), que se yergue amenazante sobre el resto de la institucionalidad democrática nacional con la excusa de tener poderes supra-constitucionales que estarían supuestamente por encima y más allá del orden legal establecido.

– Tercero, la necesidad de realizar elecciones presidenciales y parlamentarias de manera conjunta dado el fraude electoral perpetrado en mayo de 2018 que profundizó la crisis nacional, desembocando en la falta de legitimidad que tiene su epicentro en el Palacio de Miraflores, a lo que ahora se suma el mandato constitucional de renovar el poder legislativo durante el presente año, y;

– En cuarto lugar, pero no menos importante, una real separación de poderes que estimule la correcta cooperación institucional entre ellos, junto a un Estado de Derecho no susceptible de ser vulnerado por parcialidad política alguna.

Conexos, además, con estas exigencias políticas sine qua non para poder hablarse de una democracia verdadera, están otros factores de concurrencia política ineluctable en el proceso de redemocratización del país y sin los cuales sería inconcebible la buena marcha de cualquier esfuerzo que se realice en esa dirección.

Presos políticos

Hablamos, por ejemplo, de la perturbable existencia de presos políticos en Venezuela, quienes deben ser puestos en libertad sin dilaciones. Ese es un clamor que alcanza ya dimensiones universales. En nuestro país no existe el delito de opinión. Pensar diferente y expresarlo abiertamente no puede ser el motivo por el que el régimen de turno se “deshaga” de sus opositores. Se trata, al fin y al cabo, de adversarios políticos haciendo política y no de enemigos del estado traicionando el interés nacional como se les ha querido presentar aquí durante los últimos años.

Es verdad que en los recientes días ha habido algunas liberaciones de presos políticos. Sin embargo, su status y derechos políticos siguen quedando en la oscuridad y sigue pendiendo sobre ellos la posibilidad de volver a ser encarcelados. Adicionalmente, quedan cientos de presos políticos no liberados.

Inhabilitaciones políticas y secuestro de partidos

Igualmente, impensable por contradictorio, sería hablar de democracia, e incluso del proceso electoral presidencial por verificarse, cuando desde el poder central se actúa discrecionalmente y de manera inconstitucional para inhabilitar mediante improcedentes e inaplicables procedimientos administrativos a los diversos líderes y candidatos naturales de los partidos políticos llamados a participar en dicho proceso comicial, o cuando mediante la judicialización de la política se sustituyen directivas de partidos según convenga, y de manera acomodaticia, con pseudo-líderes que aparecen subrepticiamente -como sacados de una chistera- para luego exhibir impúdicamente, sin el más mínimo recato, su verdadera condición de dirigentes serviles ante al poder de facto, en detrimento de los valores y principios democráticos sobre los que se fundaron los partidos, aquí por ellos secuestrados.

GENTE ha sumado su voz en múltiples ocasiones a los sectores demócratas que desde diversos ámbitos del quehacer nacional e internacional han pedido que se erradiquen estas prácticas abyectas que a la postre se traducen en una competencia electoral desleal, dirigida desde los más altos estrados del poder político venezolano, hoy usurpado. Y continuará exigiéndolo, convencido como está, de que la elección presidencial que se le debe a Venezuela, y las que a partir de allí se realicen, no serán en realidad libres ni justas, si las referidas inhabilitaciones administrativas y demás prácticas non-sanctas impiden al soberano escoger a quienes considere como sus legítimos representantes.

Uso abusivo de los recursos del Estado desde instancias ejecutivas

Y aunque son abundantes los ejemplos de abusos en la indebida utilización de los recursos públicos con fines electoralistas para beneficiar descaradamente la parcialidad política actualmente instalada en el poder, no debemos pasar por alto, sólo como un ejemplo de lo que afirmamos, el vergonzoso espectáculo ofrecido el pasado 3 de agosto por Maduro en cadena nacional de radio y televisión, al participar en una reunión virtual del partido político que él preside (PSUV) con el objetivo de analizar nada menos que estrategias político-electorales de cara a los comicios del próximo 6D. ¡Simplemente bochornoso!

Reconstrucción institucional y re-significación del resultado electoral

GENTE considera que de llevarse a cabo a todo trance las susodichas “elecciones parlamentarias” pautadas para diciembre, aún ante la falta de garantías que han sido ampliamente denunciadas y en contra de la racionalidad política que desaconseja su realización, estas se convertirán forzosamente en el símbolo y culmen de un sistema de representación política que perdió todo valor en nuestro contexto político y que es necesario reconstruir desde sus cimientos. Las fuerzas democráticas sabremos encontrar la forma de dar un claro significado a lo que a todas luces ya se anuncia como un resultado ilegitimo y amañado que no tendrá reconocimiento en Venezuela ni en ninguna de las democracias del mundo.

Prioridades y consecuencias no previstas de la pandemia COVID-19

Consideramos peligroso e injustificable que por apetencias políticas orientadas por una falacia electoralista, los escasos y menguados recursos económicos con los que cuenta hoy el país (luego de haber sido sometido a la más rampante cadena de corruptelas que jamás aquí se haya visto), así como los esfuerzos en la planificación de políticas (que hoy lucen de todas maneras erráticas en cualquiera de sus ámbitos de aplicación), no se destinen a luchar en forma efectiva contra la pandemia del COVID-19 que si es una amenaza real. Para los comicios anunciados se requieren alrededor de 40.000 máquinas de votación, cuyo precio en el mercado ronda los US$ 500 cada una. Con ese monto se podrían adquirir igual número de respiradores artificiales que podrían salvar muchas vidas amenazadas por la pandemia, y ahorrar el sufrimiento de familias venezolanas indefensas frente a la tragedia sanitaria.

Pero en lugar de aprovechar las mejores prácticas observadas internacionalmente y tomar en cuenta las lecciones aprendidas para administrar mejor dichos recursos y planificar eficientemente políticas de protección para toda la población, las “autoridades” se dedican a buscar la manera de perpetuarse en el poder por vías fraudulentas, aún a costa del riesgo que pueda eventualmente enfrentar la salud de los votantes. Al parecer, la experiencia del otrora Estado Vargas, en 1999, cuyas negativas secuelas afectan todavía hoy a sus habitantes, nada les enseñó. Entonces, como ahora, prevaleció el criterio de una parcialidad política por encima de las urgentes necesidades de todo un conglomerado social. GENTE rechaza el orden de prioridades que el régimen de usurpación asigna precisamente a las necesidades de quienes convivimos dentro de un sistema que se dice democrático, pero que en la práctica se maneja con criterios propios de regentes autócratas.

Unión y acuerdos políticos

Nuestra organización política continuará, pues, conjuntamente con los demás factores y fuerzas democráticas del país, prestando su apoyo y su auxilio, en la medida de sus posibilidades, para coadyuvar en la necesaria unión política de quienes deseamos ver florecer nuevamente una democracia genuina y vibrante en nuestra patria; no secuestrada como hoy se encuentra. Trataremos de privilegiar así, en todo momento, la concreción de acuerdos viables que conduzcan a la superación del estado de cosas fraudulentas en la que ha devenido el sistema político venezolano.

Exigencia de elecciones libres y justas

En suma, a través de esta misiva, GENTE desea ratificar lo que ha venido expresando claramente ante la opinión pública nacional en anteriores ocasiones; que no convalidará ningún proceso electoral cuyos resultados no sean la expresión genuina de la voluntad soberana de los venezolanos.

No somos abstencionistas, pues ello estaría en contradicción con una de las principales funciones de los partidos bajo regímenes realmente democráticos como lo es acceder al poder político mediante procesos electorales. Pero tampoco nos deslumbra, como a otros quizás, la participación y el proselitismo electoral sin garantías verdaderamente democráticas.

Para nosotros, la práctica de la política desde donde quiera que se ejerza, incluyendo el necesario terreno de la oposición, debe indefectiblemente conducir a la realización del bien común; a la superación de necesidades no satisfechas de la población, y no simplemente a ejercer posiciones burocráticas que, obtenidas a cualquier precio, solo servirían al final para el inmerecido regodeo de quienes así contribuyen a desprestigiar la política en lugar de enaltecerla.

El correlato de esta posición es, pues, que GENTE se mantendrá exigiendo la realización de elecciones verdaderamente libres y justas, convocadas por autoridades legítimas y con arreglo a lo dispuesto en la Constitución y Leyes de la República, en el entendimiento de que es solo así como Venezuela podrá volver sobre la senda del respeto a los principios y valores democráticos que le permitan superar la multidimensional y más severa crisis que haya enfrentado en toda su historia.

Indeclinable decisión

Por lo antes expuesto, y dada la inaceptable alteración del orden constitucional que desde 2017 ha venido afectando gravemente al sistema político venezolano con acciones inicuas promovidas por una institucionalidad tan espuria como desacreditada, orientadas pertinazmente a socavar los pilares sobre los que descansa la democracia misma y nuestra forma republicana de Gobierno, Generación Independiente (GENTE) se permite comunicar de manera formal su indeclinable decisión de NO PARTICIPAR en las llamadas “elecciones parlamentarias” que de manera írrita han sido convocadas para el próximo 6 de diciembre.

P/La Mesa Ejecutiva Nacional de GENTE
Noel Álvarez
Coordinador Nacional