Olga Hidalgo de Curiel: ¿La Corrupción tentación permanente?

En la historias de todas la civilizaciones la corrupción ha estado presente, es un vicio antiguo, milenario y universal; tiene una estructura flexible que le permite fácilmente introducirse en cualquier rendija.

Plutarco cuenta, al escribir sobre la vida de Pericles (cap. 31) que cuando Fidias, el gran escultor griego, se le encomendó realizar la estatua de la Diosa Atenea se le acusó de hacerla en menores proporciones para quedarse con la parte del oro que se había presupuestado para esculpir la obra.

En el siglo V A.C, es elocuente la enseñanza de Sócrates contra el Soborno y la Corrupción. Platón narra en su dialogo el momento en el cual Sócrates se niega a que su discípulo Critón pague un Soborno a sus carceleros, a los fines de eludir la aplicación de la pena y continuar con sus enseñanzas a sus discípulos. Sócrates le demuestra a Critón la importancia de no corromper a los funcionarios del Estado así esté en juego la propia vida ante una condena injusta. El desenlace, Sócrates bebe la cicuta y muere envenenado, demuestra que la virtud, la justicia, las leyes y las costumbres deben estar por encima de todo y ser objeto del culto y de la veneración de los hombres. 





En el tiempo que fuimos Colonia Española la corrupción administrativa existió “como lacra vergonzosa de muchas facetas, adherida como hiedra maldita a los arcones del Tesoro Real”. Estos hechos originaron los Juicios de Residencia contra funcionarios de las más diversas jerarquías por orden de la Monarquía Española. 

La globalización ha permitido que tan maléfico virus se expanda, la Tecnología permite en múltiples redes ilícitas locales e internacionales, públicas y privadas la proliferación de corruptelas que se identifican como “Mercado de Corrupción”, además del desplome de los valores morales y éticos; implantándose la delincuencia organizada que procura beneficios económicos insospechados. Tomado de la obra “Contra la Corrupción” de Fernando M. Fernández, Editorial Livrosca. C.A. “La Corrupción crece bajo el manto encubridor de la impunidad, la complicidad, el despilfarro y la mala administración. La Corrupción campea cuando el poder se hace discrecional y discrimina según lealtades… La Corrupción no está monopolizada por el Estado y los políticos: abarca muchos entes privados, grupales e individuales”.

De una u otra forma en esos altares ofician los incondicionales, los testaferros piezas claves en la trama del enriquecimiento ilícito y el peculado de uso. Justo, es decir, que hay funcionarios probos y honestos que salen del cargo sin ostentar riquezas y bienes mal habidos. 

Lo que escandaliza es que pobretones de solemnidad, que los vecinos conocen, surgen de la nada, como potentados, venturosos dueños de bienes y fortunas que exhiben sin ninguna vergüenza, (valor que se perdió) con descaro escandaloso porque nada poseían cuando asumieron el cargo. Logran el status que resentían y se codean con las “fuerzas vivas”, aunque señaladas por las peores prácticas de corruptelas a la vista de todos.

El “Todo Vale” se hace consigna, o sea, el relativismo ético campante, demostrando que el dinero y el poder hacen más ruido y dan caché…

Rafael Caldera, ser humano de probada honestidad, en una entrevista expresó: “Lo más grave que hay frente a la Corrupción y lo digo con profundo dolor es que no hay SANCIÓN COLECTIVA, porque hay ladrones que todo el mundo conoce que lo son y los marcan con el dedo y los reciben muy bien y los aplauden porque tiene dinero o porque tienen poder

 

Destaco lo impreso en el Manual contra la Corrupción. Transparencia Venezuela, “En Venezuela la Corrupción ha destruido e impedido y sigue haciéndolo el desarrollo del país, ha incrementado la pobreza, ha debilitado las instituciones democráticas, ha profundizado las desigualdades, sin que las autoridades siquiera muestren la intención de frenar el saqueo y sancionar a los responsables”.

¿Qué hacer?

Nos corresponde tomar conciencia de este mal terrible que nos aniquila y comenzar a trabajar con fervor, ahínco y coraje en la exigencia de la aprobación de la Ley de Transparencia y Acceso a la información pública y otras leyes necesarias para el fortalecimiento de la democracia y la lucha contra la corrupción en el país.