Américo De Grazia: La caída irreversible de Maduro

Américo De Grazia: La caída irreversible de Maduro

Venezuela está en medio de la tormenta perfecta, alineadas todas las acciones para el desenlace final de la caída del narcomadurismo. Sin las pautas de la impaciencia que impone el cronómetro cubano, que sólo sirve para inocular la desesperanza inducida. De modo que quienes están contra reloj son ellos, no nosotros.

Algo hemos tenido que aprender en 22 años de tiranía sistemática. Es a ellos a quienes se les acabó el tiempo, no a nosotros. Los venezolanos empeñamos el reloj y el calendario para cubrir el hambre, para alumbrarnos con velas, para beber agua de lluvia, para cocinar con leña, para caminar en lugar de movilizarnos con gasolina; para migrar con el morral al hombro. Ningún venezolano es ajeno a la tragedia. Los venezolanos del insilio subsisten gracias a las remesas del exilio.

Hasta el pensamiento mágico, tantas veces exhibido por el difunto, conspira hoy contra ellos; ¿recuerdan cuando decía que su mandato se extendería hasta el 2021? Pues este, el 2021, también anuncia su llegada.





Organizar y articular todas las protestas de calle que vienen ocurriendo de manera espontánea y heterogénea es una tarea política de primera línea. Reconciliando a los partidos con la sociedad civil, reconociéndose mutuamente. Siendo útiles los unos a los otros. Los partidos tienen la obligación de darle utilidad a la “maquinaria electoral” dispuesta en cada centro de votación ubicado en los más apartados rincones del país; para convertirla en fuerza social de apoyo a las protestas ciudadanas.

No se trata de nuevas estructuras, sino de articular las existentes hasta convertirlas en presión interna, capaz de desestabilizar al régimen con el criterio de que “si no hay paz para los ciudadanos que tampoco la haya para los tiranos” y con la consigna “en cada barrio un foco hasta volverlos locos”.

En el ojo de esa tormenta huracanada está la legítima Asamblea Nacional que tiene la responsabilidad histórica de no equivocarse. Debe desestimar cualquier posibilidad, edulcorada o no, del fraude parlamentario. Venezuela y el mundo exigen presidenciales libres; lo demás es accesorio.

Debemos desafiar al régimen con la continuidad constitucional, amparados en el 333 de la constitución, hasta que se reponga el hilo constitucional. No dudar ni un instante de la legitimidad conquistada. De esta manera allanamos el camino para convertir al Gobierno Interino en Gobierno de eEmergencia Nacional. Y el 5 de Enero evolucionamos al constituirnos en Congresillo, fórmula de la que hay jurisprudencia en Venezuela, con representación parlamentaria proporcional a la actual, sujeta a dos variables existentes; con diputados en el exilio y otros en el insilio, a estos últimos debemos protegerlos bajo el signo del anonimato, tal como hicieron los colombianos cuando decidieron enfrentar a Pablo Escobar con jueces y escabinos sin rostro, dada la naturaleza del monstruo que enfrentaban. Y esto tenemos que hacerlo sin complejos de ningún género.

Venezuela no puede retroceder ni un milímetro en el terreno conquistado. Por el contrario, debemos hurgar en la herida purulenta del régimen y profundizar su derrota política:

-Acusado en la ONU de violador de los DDHH, de ejecutor de crímenes de lesa humanidad.
-Licitada su captura y la de sus cortesanos en millones de dólares.
-Tenido por dictador, vinculado al terrorismo internacional.
-Aprehendidos sus más cercanos testaferros. -Incautados los bienes y dineros mal habidos de algunos sus operadores financieros ( de los que una parte pudo financiar el programa humanitario de los Héroes de la Salud). -Protegido en Londres el oro de la República.
-Rescate operativo de Citgo, la única filial de PDVSA en manos del gobierno interino con capacidad de cubrir, desde ya, toda la demanda de combustible que requiere el país desde el día 0.
-Y tenemos hoy la comprensión del mundo libre, que entiende la magnitud de la tragedia que nos embarga como pueblo.

Es irrefutable la sinergia lograda con nuestros aliados, dispuestos a hacer lo necesario para restituir en Venezuela la libertad, la paz y la coherencia con los valores democráticos occidentales. La tormenta perfecta para la caída de Maduro está en pleno desarrollo. El GPS indica desenlace y detecta, identifica y desestima a los colaboracionistas que maniobran en función de proteger y defender intereses subalternos o mezquinos. Vacilar en estos momentos es un riesgo inaceptable.