La crisis golpea a los geriátricos en Lara

La crisis golpea a los geriátricos en Lara

Foto: Pacientes salieron en camas clínicas a protestar en Barquisimeto / Carlos Rondon

 

Pasar sus últimos años entre carencias y limitaciones se ha vuelto el triste destino de los abuelos que albergan las casas hogares de la ciudad, pues la falta de recursos ha golpeado a estas instituciones dedicadas al cuidado y atención de los adultos mayores.

Por Daimar Díaz | LA PRENSA DE LARA

La llegada de la pandemia al país dio un giro radical a estas instituciones, pues no sólo tuvieron que extremar medidas con el cuidado e higiene de los abuelos para evitar algún contagio, sino que ahora enfrentan la reducción de donativos por parte de los voluntarios que llevaban desde alimentos y medicinas hasta ropa y actividades recreativas para su distracción.





Pero no sólo se trata de cómo alimentar a los abuelos, estas instituciones también presentan fallas en los servicios básicos y sus infraestructuras registran daños y deterioro

La fundación Casa Hogar Los Peregrinos, alberga actualmente a 40 abuelos que son atendidos por 8 voluntarios, sin embargo las condiciones de la institución no son las más apropiadas, pues al llover el agua se filtra por el techo e inunda las habitaciones, poniendo en riesgo a los pacientes.

“Las temporadas de lluvia son preocupantes para nosotros, porque toda el agua se mete a los cuartos porque los techos están en malas condiciones, si la lluvia es de noche nos toca pasar a hacer vigilia sacando el agua para que evitar que los abuelos se enfermen o se caigan si se levantan de sus camas”, manifestó Mary Carmen Godoy, directora de la fundación.

Godoy también expresó que actualmente llevan tres años en la sede actual en la avenida Carabobo, pero que los dueños de la infraestructura les han pedido el desalojo lo que despierta preocupación en lo que será el destino de los abuelos.

“He buscado otro sitio para alquilar o presten la colaboración para seguir con esta labor, pero tristemente no he conseguido, no sé cuánto tiempo nos quede acá, lo que sí sé es que necesitamos ayuda, son personas que merecen pasar sus últimos años con tranquilidad”, añadió Godoy.

El triste panorama también se ve reflejado en la casa hogar Mis Años Dorados, una institución con 27 adultos mayores a su cuidado, y donde se mantienen “guerreando” para cumplir con todos los cuidados y atenciones que necesitan.

La falta de medicamentos es la mayor preocupación pues la mayoría de los pacientes han sido rescatados en condición de calle, y otros han sido abandonados por sus familiares en la casa hogar, lo que implica que no cuentan con un familiar que pueda velar por el tratamiento médico de los abuelos.

“Pese a las circunstancias que estamos viviendo nos ha tocado hacer de tripas corazón para que ninguno de los abuelos pare sus tratamientos, pero en algunos casos no hemos podido conseguir las medicinas”, dijo.

“Nuestra ayuda eran las fundaciones que venían a colaborar, pero ante tantos problemas para trasladarse se les ha complicado venir con frecuencia”, manifestó Yelitza Piña, una dama licenciada en enfermería y fundadora del albergue para los abuelos, quien lamenta que los viejitos tengan que padecer tanto en sus últimos años de vida.

Por su parte en el geriátrico Doctor José Gregorio Contreras también se mantienen luchando por ofrecer lo mejor para los abuelos, pues su directora expresa que sus necesidades se las han encomendado a Dios. Asegura que aunque no tengan para comprar exquisiteces a los abuelos, no les ha faltado el pan de cada día.

“Dios no abandona a nadie, y aunque no hemos tenido la misma ayuda que en meses pasados, siempre llega alguien que nos trae algún donativo para poder seguir ayudando a nuestros consentidos, sin embargo el no poder recibir visitas ha generado que muchos de ellos se sientan tristes ya que extrañan a los voluntarios de las fundaciones que son como parte de esta familia”, expresó Annelis Acosta.

Sentirse un poco solos ha sido el sentimiento que han expresado los abuelitos, quienes solían distraerse con las visitas de los miembros de fundaciones de la ciudad, pero ante la llegada de la pandemia al país, tuvieron que restringir las visitas en las casas de abrigos debido a que los adultos mayores son más propensos de contraer el virus, sin embargo los abuelitos añoran poder volver a disfrutar de las tardes de juegos, risas y bailes.

“Acá la única ayuda que hemos tenido es de los muchachos de las fundaciones, que nos traían alimentos, medicinas y también nos alegraban las tardes, pero como ahora no pueden venir no tenemos cómo pasar el rato”, manifestó Eliodoro Salazar.

Asimismo los abuelos pidieron a las autoridades brindarles apoyo en este difícil momento que afrontan.