Raúl Castro reconoce que el Socialismo no incentiva el trabajo y la innovación, pero insiste en el control social

Raúl Castro reconoce que el Socialismo no incentiva el trabajo y la innovación, pero insiste en el control social

 

Los 300 delegados al VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC, único) retomaron en su segunda jornada de este sábado el análisis de los documentos que guían el cónclave, con énfasis en las reformas económicas anunciadas hace una década.

El trabajo se realiza en tres comisiones presididas por el presidente del país, Miguel Díaz-Canel, y el primer ministro, Manuel Marrero, informó el portal web oficial Cubadebate al reinicio del cónclave, que se desarrolla desde el viernes en La Habana a puerta cerrada y sin acceso a la prensa extranjera acreditada en la isla.

Otros temas a debate en estas comisiones son el funcionamiento del partido único, máximo órgano rector del Estado, así como la política de cuadros de las organizaciones masivas oficiales.

Ayer viernes, en la presentación del Informe Central del VIII Congreso, Raúl Castro confirmó su retirada de la vida política del país, cuestión que no representa el fin de la economía centralizada que seguirá rigiendo.

Castro admitió los “problemas estructurales” de Cuba, “que no proporcionan incentivos para el trabajo y la innovación”, pero defendió el control estatal sobre los medios de producción, y por tanto el monopolio de los sectores clave de la economía, las importaciones y el comercio.

La cita, que concluirá el lunes 19 de abril, se realiza en un escenario marcado por la grave crisis económica, agudizada por el endurecimiento del embargo de EE.UU. en la pasada Administración del presidente Donald Trump y los efectos de la pandemia del coronavirus.

También está marcada por la expansión de internet y las redes sociales -en Cuba el servicio de datos móviles comenzó en 2018- que ha brindado a los ciudadanos un nuevo espacio para expresar sus opiniones y críticas al sistema vigente.

EFE

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