Macron alerta contra el Estado Islámico en cumbre regional marcada por la toma de poder de talibanes en Afganistán

Macron alerta contra el Estado Islámico en cumbre regional marcada por la toma de poder de talibanes en Afganistán

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El presidente francés, Emmanuel Macron, alertó este sábado contra la amenaza que plantea el grupo yihadista Estado Islámico (EI) antes de iniciarse en Bagdad una cumbre regional marcada por la toma de poder de los talibanes en Afganistán y el sangriento atentado de Kabul.

Este encuentro en Bagdad se organizó inicialmente para “apaciguar” las tensiones entre las dos grandes potencias regionales, el Irán chiita y la Arabia Saudita sunita, pero tendrá también los ojos puestos en Afganistán, donde una rama del EI reivindicó el ataque suicida del jueves en Kabul, que causó 85 muertos.

“Todos sabemos que no hay que bajar la guardia ya que Dáesh (acrónimo árabe del EI) sigue siendo una amenaza y sé que el combate contra estos grupos terroristas es una prioridad de su gobierno”, dijo Macron tras una reunión con el primer ministro iraquí Mustafa al-Kazimi, previa a la cumbre.

“Francia e Irak son aliados clave en la lucha contra el terrorismo”, replicó el primer ministro iraquí.

Entre los participantes a esta reunión figuran los ministros iraní y saudita de Asuntos Exteriores, el presidente egipcio Abdel Fatah al Sisi, el rey de Jordania Abdalá II, además del mandatario francés. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, fue invitado, pero su presencia no está confirmada.

También han sido invitados el primer ministro de Emiratos Árabes Unidos, jeque Mohammed bin Rashid Al-Maktum, y el jefe de gobierno de Kuwait, jeque Sabah Al-Khalid Al-Sabah.

 

– “Esencial en la estabilidad” regional –

 

Hace cuatro años, el ejército iraquí todavía combatía respaldado por una coalición internacional contra el EI, que sería derrotado a finales de 2017.

Ahora, sus células yihadistas ejecutan ataques puntuales. El último atentado suicida de envergadura reivindicado por el grupo causó más de 30 muertos en Bagdad en julio.

El EI “dispone todavía de decenas de millones de dólares y, sin duda, va a continuar restableciendo sus redes en Irak y Siria”, apunta Colin Clarke, director de investigación del Soufan Center, un centro de geopolítica con sede en Nueva York.

El presidente Macron, que quiere mostrar que Francia todavía tiene un papel en la región, busca respaldar a Irak, “un país central, esencial en la estabilidad de Oriente Medio”, había indicado el Elíseo.

En su viaje de 48 horas a Irak, Macron se desplazará a Mosul, símbolo de la victoria contra el EI, que ocupó esa ciudad entre 2014 y 2017 y proclamó desde allí su califato.

 

– ¿El EI espoleado? –

 

Aunque el EI es “enemigo jurado” de los talibanes, lo ocurrido en Afganistán puede “espolear” al grupo yihadista y empujarle a “demostrar que todavía está muy presente en Irak”, indica Rasha al Aqeedi, investigadora del Newlines Institute de Estados Unidos.

Todavía hay 2.500 soldados estadounidenses en Irak, que a partir de 2022 se limitarán a ejercer de “asesores” de las fuerzas de seguridad locales.

Para Al Aqeedi, aunque el nivel del ejército iraquí “no sea ideal”, “los estadounidenses piensan que es suficiente para que puedan abandonar Irak sin temer que el país reviva lo ocurrido en 2014”, cuando sus tropas sucumbieron ante los yihadistas.

Irak también cuenta con numerosas y controvertidas facciones paramilitares proiraníes integradas en Hash al Shaabi, una organización creada para respaldar la lucha del ejército contra el EI sunita.

Desde entonces, esta coalición se integró en el Estado, pero sus detractores la acusan de responder únicamente a Teherán y de asesinar y secuestrar a disidentes.

Las relaciones de Irak con su vecino iraní también deben abordarse en la cumbre, así como las tensiones de Teherán con Riad.

Bagdad ha acogido en los últimos meses encuentros a puerta cerrada entre representantes de las dos potencias regionales.

Ahora, el objetivo es pasar del estatuto de “mensajero” al de “líder”, indica el investigador Renad Mansur, de Chatham House.

AFP