Carlos Ochoa: La tormenta perfecta

Carlos Ochoa: La tormenta perfecta

A pesar de la falta de grandeza que se le achaca a la oposición, de la hora menguada que percibimos en el liderazgo, se están alineando condiciones para la formación de una tormenta perfecta que podría acelerar acontecimientos y circunstancias favorables para el sufrido pueblo venezolano. La declaración del embajador James Story de no aminorar sanciones al régimen si no hay una hoja de ruta creíble para unas elecciones generales libres, equitativas y verificables es un torpedo a la línea de flotación de la estrategia de Maduro, que además de ganar tiempo aspira a una reducción de sanciones con la negociación que se está desarrollando en México, las declaraciones del diplomático norteamericano pueden leerse como un respaldo a Guaidó que ha insistido en ese objetivo casi como una ánima en pena, porque el reparto de cargos que ha hecho el cogollo del G4 de cara a las elecciones del 21N,  ha puesto en evidencia la poca disposición a una resistencia pacífica y democrática, muestra por el contrario una voluntad resignada a la convivencia  con la dictadura, salvo honrosas excepciones, evidenciando la carencia de una estrategia firme, que es indispensable para enfrentarse a un adversario capaz de todo para mantenerse en el poder.

La detención en España del prófugo de la justicia norteamericana General Hugo Carvajal, por un comando combinado de la DEA y las autoridades españolas, despertó las alertas de testaferros y familiares del régimen que volaron fuera de los Estados Unidos apresuradamente, también se espera que Alex Saab sea deportado de Cabo Verde para que enfrente juicio por los cargos que se le imputan en un tribunal de la Florida. A esto puede sumársele la decisión de la Corte Penal Internacional de La Haya, que tiene pendiente la decisión de abrirle investigación a las acusaciones que cursan en contra del gobierno de Maduro por violación de derechos y crímenes a personas, cometidas por funcionarios militares y policiales.

La posibilidad que la estrategia de Maduro en México se debilite es real, pero se requiere de una voz que con fuerza le haga saber, que a pesar de la rebatiña de la oposición y la aspiración de las mismas caras de siempre a las gobernaciones y alcaldías, el PSUV puede perder cualquier elección, incluso las regionales, es un escenario que se está dibujando de acuerdo a como se vayan conformando los eventos que se están alineando en una especie de tormenta perfecta, que aunado a la deplorable condición de vida de la mayoría y la imposibilidad de ofrecer soluciones a nada por parte del gobierno, puede subir de categoría de tormenta a  huracán devastador para el socialismo militarista, arrojándolo por los votos o por un resquebrajamiento interno al basurero de la historia y con ellos a buena parte de la oposición fiel, que no tendrá ningún papel que cumplir en la reconstrucción del país.





No me canso de repetir que sin un logro, un compromiso, un cronograma que incluya una elección presidencial, revocatorio o parlamentarias, la negociación de México será una ronda fallida como otras tantas que se han dado, sin embargo en esta ocasión el costo político de no llegar a un acuerdo se incrementará para Maduro, porque la comunidad internacional parece estar dispuesta a utilizar nuevos mecanismos para asfixiar al régimen,   con la ya conocida estrategia de la boa.

 Maduro no es precisamente un cobarde, pero empieza a sentir la presión del cartel que ofrece 15 millones de dólares por su captura, otros personajes que aparecieron en esa “galería de famosos” no pudieron escapar, desde Jesse James en el siglo XIX hasta Saddam Hussein, todos de una u otra manera fueron alcanzados por el largo brazo de la justicia norteamericana, Maduro está en conocimiento  del poder del cartel con la recompensa por su cabeza y juega sus cartas con cara de jugador de póker, esperando que la tormenta perfecta no le derribe el castillo de naipes que puede venirse abajo en México, si no negocia una transición con elección presidencial libre, como espera la comunidad democrática internacional y la mayoría de los venezolanos.