Miseria y violencia opacan las bondades de Venezuela

Miseria y violencia opacan las bondades de Venezuela

 Personas caminan frente a viviendas de bahareque, en el sector Las Piedras de San Isidro en Caracas (Venezuela).. EFE/ Rayner Peña R.

 

Indicadores como la violencia, inseguridad, la crisis sanitaria, el conflicto político que ha propiciado las sanciones internacionales, la precariedad en los servicios públicos y la obsolescencia en la infraestructura, hacen de Venezuela uno de los países más riesgosos del mundo para hacer turismo o inversiones económicas.

Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA





El país se ha vuelto tendencia en las redes sociales por la llegada de Luisito Comunica, influencer de YouTube e Instagram promocionando las bellezas naturales, y por la llegada de un vuelo privado el 17 de septiembre con 437 rusos a la Isla de Margarita, traídos por el Gobierno nacional. Sin embargo, ha habido alertas de Estados Unidos y España recomendando a sus ciudadanos no viajar a Venezuela por considerarlo uno de los países más peligrosos del mundo, y ubicarlo como una nación de tránsito o productor de drogas ilícitas, más las advertencias lanzadas por el presidente de Colombia, Iván Duque el 27 de julio, alegando que Venezuela es “promotor del terrorismo” por la presencia de grupos guerrilleros en los estados fronterizos. Han sido un duro golpe para recibir inversiones a través del turismo internacional.

Leudo González, presidente del Consejo Superior de Turismo de Venezuela (Conseturismo), indicó que la cantidad de turistas extranjeros recibidos en Venezuela ha sido muy baja desde 2015, año en que el gobierno de Nicolás Maduro comenzó a solicitarle visas a los ciudadanos estadounidenses de tener la intención de ingresar a la nación.

“Cada país es soberano de informar y alentar a sus ciudadanos de lo que ellos consideran sean sitios peligrosos para visitar, y en ese sentido nosotros no podemos incidir en lo que diga cada gobierno. Pero no hay duda que una información como esta tiene un impacto negativo en la posibilidad de que un turista venga a Venezuela. Un ciudadano estadounidense requiere una visa para ingresar al país, eso afectó las operaciones del sector, porque los norteamericanos eran del grupo de extranjeros que más venían a visitar las ciudades turísticas del país”, comentó.

Precisó que el sector ha sido también golpeado por las fallas en servicios públicos, como el agua, gas doméstico, electricidad y las continuas caídas en las conexiones de internet, que han obligado a los dueños de hoteles y posadas a tener que hacer desde hace años grandes inversiones para tener tanques con almacenamiento de agua y plantas eléctricas para garantizar estos servicios a turistas. Según el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, uno de los servicios más precarios es el suministro de agua potable. El pasado 10 de septiembre, un estudio reveló que el 35,6% del país recibe el suministro de manera irregular, entre 1 y 5 días a la semana. Valencia y Barquisimeto son las ciudades más afectadas con estos racionamientos.

El economista, Hermes Pérez, docente de la Universidad Metropolitana de Caracas, informó que los pocos vuelos internacionales que existen en Venezuela y las condiciones de los puertos del país, ha hecho que Venezuela no tenga comunicación con la mayoría de los países del mundo y eso ha sido una puerta de tranca para el turismo. “Venezuela tiene una importante contracción económica desde 2013 de 88%, que ha afectado todos los ámbitos de vida en el país. En economía todo está conectado. Hace 20 años había 59 vuelos semanales a Margarita desde Caracas, ahora hay de uno a dos. Entonces la crisis en el país hace que ahorita no exista conexión de vuelos. Venezuela geográficamente era privilegiada en América, llegamos a tener el aeropuerto con más conexiones aéreas, y ahora la realidad económica no lo permite”, alegó.

Solamente, en el año 2018 unas 15 aerolíneas privadas dejaron de prestar operaciones en Venezuela por la dificultad para repatriar sus divisas, la inestabilidad política, la caída en la demanda de boletos y la desmejora en las condiciones de los principales aeropuertos de la nación. Con la pandemia, sólo están disponibles en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, en Maiquetía, los vuelos hacia Turquía, Rusia, México, República Dominicana, Panamá y Bolivia. “La recuperación económica tiene que tener un coletazo asociada a los distintos sectores. No se puede tener recuperación económica si no hay conexión aérea o puertos con el resto del mundo, si no tienes interconexión con el sector financiero que ahorita el sector público no lo tiene”, expresó Pérez.

Asegura que así como no se reciben tantos turistas extranjeros, tampoco hay opción para las inversiones internacionales, desde que el Gobierno dejó de pagar los compromisos de su deuda externa, quedando en default. “El último crédito sindicado (préstamos entre varios bancos internacionales), que recibió el país fue en 2011. Éramos un país emergente, en vías de desarrollo, y ahorita estamos catalogados como un país frontera, es decir, estamos en el límite de un país riesgoso. Los únicos inversionistas que quieren venir son aquellos que pretenden ganancias rápidas porque no ven condiciones para quedarse a largo plazo. Grandes empresas como Apple, Microsoft o una empresa petrolera lo tiene que pensar bien antes de evaluar instalarse en Venezuela, porque existe además inseguridad jurídica, no hay garantías si alguien monta una empresa que no se la expropie el Estado”, apuntó el economista.

En cuanto a datos de inseguridad, el país sigue ocupando tasas de violencia y homicidio muy elevadas en comparación con Latinoamérica. Según el Observatorio Venezolano de Violencia, en el año 2020 se contabilizaron 11 mil 891 asesinatos, aumentando además desde 2016 la letalidad policial.

Conflicto político ha sido clave
Para el politólogo, Doriam González, el hecho que Venezuela sea catalogada por Estados Unidos y España como uno de los países más peligrosos para visitar, tiene relación con las sanciones internacionales que ambas naciones han impuesto a empresas del Estado o a funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro.

“EE. UU. busca el agotamiento financiero del país, intentar reducir los ingresos vía turismo que Venezuela, no es que haya sido una potencia al turismo, pero el espectro de influencia que diseña el gobierno en un conflicto de esta naturaleza tiene varias aristas que están dirigidas a minimizar la capacidad de entrada de divisas en el país. Y está España que ha mantenido una postura un poco más equilibrada en manos del gobierno de Pedro Sánchez, que en algunos momentos ha tenido una postura incluso hasta cercana, pero que también recomienda no venir a Venezuela. Eso representa que el conflicto político tiene efectos en la economía del país y en la comunidad internacional”, resaltó.

Apuntó que Venezuela también se ha convertido en un problema para el resto de los países del mundo, al registrarse la migración de más de cinco millones de venezolanos, principalmente a países del Sur del continente Latinoamericano, según registra la Agencia de la ONU para los Refugiados, Acnur.

Este problema ha hecho que los países más afectados por la migración venezolana se hayan unido dando origen al Grupo de Lima, brindando un apoyo y reconocimiento internacional al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, aunque en la actualidad países como Perú y Argentina se han salido de esta iniciativa internacional por ser gobiernos de izquierda que mantienen relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro.

Precisó que el país también fue noticia internacional entre los años 2014 y 2019 cuando se desarrollaron grandes protestas civiles y políticas para exigir derechos democráticos, incrementándose la represión contra los disidentes políticos.

“El Gobierno comenzó a reprimir con todo y llevó a los ciudadanos a pensar que el costo a pagar por protestar puede ser perder la vida”, dijo.

Red de salud en el piso
El exministro de Salud en Venezuela, José Félix Oletta, afirma que la obsolescencia de la infraestructura hospitalaria y de equipos médicos, además de la falta de personal profesional sanitario y de insumos médicos ha hecho que el país sea el último del continente americano en capacidad de respuesta para atender una emergencia de salud, según estudios desarrollados por la Universidad de Harvard desde 2019.

“La red de salud pública está colapsada desde hace años. Las personas no pueden ni siquiera hacer los estudios básicos. Los bioanalistas han dicho que el 89% de laboratorios en hospitales públicos no están funcionando. Eso nos da una idea de la incapacidad del sistema de salud para poder atender muchos de los problemas que se presenten. Muchos pacientes están hospitalizados, si necesitan hacerse un estudio, examen de laboratorio, tomografía o resonancia tienen que ser llevados al sector privado, porque la mayoría de equipos de diagnóstico del sector público están inoperativos”, afirmó.

Este colapso se intensificó con la pandemia.

Turismo también vive en una burbuja
Francisco Rodríguez, director de la agencia de viaje Jireh Travel, sostiene que el ingreso de más de 400 rusos al país para hacer turismo en la Isla de Margarita, no representa la reactivación del sector, ya que el resto de los estados no recibe ningún beneficio económico. “La realidad es que el régimen regala el costo del tour a los rusos, por lo tanto no podríamos hablar de una corriente importante de turistas, mientras sigan las restricciones aéreas”, dijo.

Ernesto Ibarra, presidente de la Cámara de Turismo de Barquisimeto, señaló que el Gobierno no ha creado un plan para activar el turismo, por lo que en esta ciudad la ocupación hotelera no supera el 10%.

Aumenta la violencia en el país
El politólogo, Doriam González, contó que en el 2018 proliferaron las protestas debido a la precarización de los servicios públicos, la corrupción, la incidencia de las sanciones y las exigencias de los ciudadanos por las reivindicaciones salariales que se mantienen hasta la fecha, porque el salario mínimo representa menos de dos dólares al mes.

En cuanto a los índices de violencia, el Observatorio Venezolano de Violencia registró que en 2020, aunque disminuyeron los homicidios, repuntó la letalidad policial, hubo 88 muertes por cada cien mil habitantes por resistencia a la autoridad.