Una cirugía urgente! El corazón de Thiago late cada día con menos fuerza

Una cirugía urgente! El corazón de Thiago late cada día con menos fuerza

                           Una cirugía urgente! El corazón de Thiago late cada día con menos fuerza

 

 



Thiago es un pequeño barquisimetano que recibió el diagnóstico de una anomalía cardiaca cuando apenas tenía 5 meses de nacido, pero su sanación se ha complicado por la crisis sanitaria que se padece en el país. La cirugía correctiva que requiere el niño desde hace más de 2 años, no han podido ejecutarla. Cuando comenzaron a hacer las diligencias para la operación, no estaba trabajando el Hospital Cardiológico Infantil en Caracas, y aunque en la actualidad ya se reactivaron las actividades allí, no han logrado el ingreso del niño.





Corresponsalía La Patilla

Según las estadísticas, en el mundo por cada 100 nacimientos vivos, se registra un niño con un defecto cardiaco. Al extrapolar esta relación a la realidad venezolana, es posible deducir que si en el país nacen alrededor de 600 mil niños al año (de acuerdo con el Ministerio del Poder Popular para la Salud), significa que en Venezuela anualmente nacen cerca de 6 mil infantes con anomalías cardiacas congénitas. Y muchos no se pueden operar y es una tragedia. Estas patologías cardiacas ocupan el segundo lugar de mortalidad en niños menores de 1 año en Venezuela, y uno de los grandes problemas es la detección tardía.

Una de estas enfermedades que afectan a muchos niños en el país es la Tetralogía de Fallot, una cardiopatía congénita caracterizada por cuatro malformaciones que dan lugar a la mezcla de sangre arterial con sangre venosa con efectos cianotizantes. Por eso es conocida como la enfermedad de los niños azules debido a que los pequeños que la padecen se les colorea su cuerpo de un azul grisáceo al no recibir oxigenación sanguínea.

Y es precisamente lo que padece Thiago Luque, un barquisimetano de 3 años, quien actualmente tiene más de 24 días recluido en el Hospital Pediátrico Dr. Agustín Zubillaga por una complicación asociada a su enfermedad. Muchos han sido los esfuerzos de sus padres y familiares para salvarle la vida, pero dadas las circunstancias del país, no encuentran un especialista en Lara que pueda ayudarlo a mejorar su estado general.

Dugliannys Castellanos, madre de Thiago, detalló que su hijo actualmente padece una situación de salud muy complicada y que necesita de urgentemente una intervención quirúrgica que lo salve. Relató Castellanos que el pequeño se encuentra aún en el pediátrico, esperando que el Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa en Caracas pueda admitirlo.

Destacó que han hecho la solicitud infinidades de veces, pero no ha sido posible su ingreso. “Ahora el último rechazo fue porque el niño en un hemocultivo que se le realizó, le salió una bacteria, pero la misma ya se trató y se está controlando de acuerdo al tratamiento estipulado por los médicos de Barquisimeto, y de ahí, esperamos que Caracas nos dé una respuesta”.

Sin médicos especialistas

En el Cardiológico Infantil Latinoamericano está la esperanza de Thiago, pero la estampida de especialistas ha incidido negativamente en su funcionamiento. Existe poca disponibilidad para realizar operaciones dada la insuficiencia de personal médico en la institución. Hay una larguísima lista de espera, de 5.000 niños aproximadamente, pero es el único centro que puede atender a Thiago, debido al cierre indefinido del servicio de Cardiología y Hemodinamia del Hospital de Niños José Manuel de los Ríos.

Algunos familiares de pacientes afirman que los pocos intensivistas y cirujanos cardiovasculares disponibles en el Cardiológico Infantil en Caracas, solo atienden a tres niños por día. Mientras los enfermos esperan por su turno, se debe recurrir a “pañitos calientes” en otros hospitales del país.

“Los retrasos en la atención, desde la detección oportuna hasta la operación para un catéter, pueden demorar más de seis meses o en algunos casos no se ha logrado la intervención quirúrgica”, lamentaron los familiares de pacientes que han tenido que devolverse a la región larense.

La familia de Thiago ha pasado, como la mayoría de los venezolanos, una situación difícil, pues no cuenta con los recursos para que este procedimiento quirúrgico sea efectuado en alguna institución privada, ya que la misma tiene un costo de 50.000 dólares y no pueden costearlo. Por otro lado, la colocación de un catéter en la Asociación Cardiovascular Centro Occidental de Barquisimeto (Ascardio) cuesta aproximadamente 2.000 dólares.

“Hago este video para que se haga viral y puedan realizarle la operación a Thiago lo antes posible, ya que en estos 21 días que tengo en el Hospital Central, los doctores dicen que ya le han hecho infinidades de cosas y Thiago no reacciona bien, y en vista de esto, me dijeron que su corazón no quiere funcionar, que llegó a su punto límite, y que necesita la cirugía lo más pronto posible”, alertó la mamá.

Expresó que no ha sido nada fácil la situación y que han sido momentos muy duros de lucha. Manifestó que el bebé hace unos días tuvo una recaída, en la que estuvo durante 20 minutos saturando 0. Los médicos no daban esperanzas de vida.

Una infancia anormal

Castellanos mencionó que los médicos en Barquisimeto no pueden hacer mucho por su hijo, ya que trabajan con las uñas por la falta de insumos, medicinas y un especialista, además que no existe un quirófano para practicar una cirugía de tal magnitud. Su bebé sigue inestable y los episodios de crisis son cada vez más frecuentes, por lo que se necesita una acción urgente, pues en cualquier momento Thiago puede perder su vida.

Thiago ha sido examinado por más de 20 médicos de diferentes especialidades, quienes en sus estudios han descartado problemas neurológicos, renales o de otro tipo. “Muchos especialistas lo han evaluado para descartar cualquier otra patología, pues las demás funciones de su cuerpo están bien dentro de lo normal, por lo que concluyeron que ya a sus tres años, su corazón ha aguantado mucho”.

Su madre no pierde las esperanzas: “Queremos llegar al objetivo que es operar a Thiago, que tenga un corazón sano y pueda vivir su vida como un niño sano y normal”. Thiago, a su corta edad, no ha podido vivir plenamente su infancia. No puede llorar o simplemente reír porque se agita. Tiene muchos límites y para un niño de su edad es difícil, pues lo que quiere es jugar. Cuando participa en algún juego, se cansa y su piel comienza a tornarse morada.

“Hay que acostarlo de medio lado, de reposo, ponerle las piernas hacia arriba o en posición fetal para que vuelva a agarrar la oxigenación y la sangre pueda circular bien por todo su cuerpo”, precisó.

Al ser una familia joven y humilde, no cuenta con los suficientes recursos para costear los innumerables tratamientos, exámenes y medicinas requeridas para tratar la patología de Thiago. “A veces se gastan hasta 100 dólares diarios, y muchos pensarán ¿de dónde sacan todo eso? Pues ha sido de gente que nos ayuda y ángeles que Dios nos manda, personas que de repente llegan y nos dicen ahí te hice una transferencia, te voy a mandar algo”. También han recurrido a la colaboración de fundaciones.

En el Hospital Pediátrico de Barquisimeto, a pesar de los anuncios del gobernador chavista sobre la dotación a estos centros hospitalarios, para nadie es un secreto que falta mucho por hacer y todo es muy difícil para los enfermos. “Los doctores y las enfermeras trabajan con las uñas. Hacen lo que pueden. Lo que ellos pueden, lo hacen”, cuenta su Castellanos.

El drama no cesa

Una cirugía urgente! El corazón de Thiago late cada día con menos fuerza

 



Los casos de afecciones cardiacas que requieren cirugía se incrementan año tras año, y en el país no hay otros centros especializados que puedan darle esperanza de vida a los pacientes y sus familiares. Al momento de la inauguración del Cardiológico Infantil Latinoamericano, el único hospital especializado en cardiología pediátrica del país, contaba con 142 camas, de las cuales 33 estaban instaladas en el área de cuidados intensivos, y 4 quirófanos.

Actualmente el número de cupos disponibles se desconoce. Miembros del personal de salud aseguran que la directora del cardiológico, Isabel Iturria, decide cuál niño se operará. Afirman que solo se están atendiendo casos de baja complejidad.

Para 2014, se calculaba que en Venezuela la incidencia de la Tretalogía de Fallot que requerían algún tipo de cirugía en los dos primeros años de vida, se ubicaba en 350 casos por año. Actualmente, las cifras oficiales se desconocen, pues el régimen ha institucionalizado no proporcionar estadísticas ante la grave crisis de salud del país, la cual ha sido incapaz de resolver. El caso de Thiago y el de muchos niños venezolanos que han fallecido en el país, representan la trágica evidencia de la ausencia de una genuina política pública en salud.

“Es difícil porque realmente ver a mi hijo en esa cama, sufriendo, no es fácil, pero bueno esperando que Dios haga el milagro y eso se dé pronto, pero no ha sido fácil. Han sido días en que sentí que mi hijo se me estaba muriendo, y la doctora me lo dijo: se está muriendo”, relata con aflicción esta barquisimetana que ruega a Dios para que su Thiago sea por fin sea operado y no engrose las estadísticas negras donde ningún padre o madre quiere ver a su hijo.