Así es “Desyatka”, el único hotel dentro de la zona de exclusión de Chernóbil (FOTOS)

Así es “Desyatka”, el único hotel dentro de la zona de exclusión de Chernóbil (FOTOS)

Foto vía Magnet

 

El estreno y la consecuente popularización de Chernobyl, la miniserie de HBO, tuvo una consecuencia inmediata sobre el entorno de la central nuclear: una oleada de visitantes. Atraídos por los hechos narrados en la ficción (algunos precisos, algunos exagerados) un número significativo de turistas puso su mirada sobre Pripyat y la zona de exclusión que aún hoy intenta proteger al incauto de los peligros de la radiación.

Por Magnet





En muchos sentidos, HBO tan sólo apuntaló y expandió una tendencia surgida más de una década atrás. Ya en 2011 las autoridades ucranianas calculaban que alrededor de 10.000 personas entraban en la zona de exclusión cada año. Ocho años después la cifra se había multiplicado por seis. Chernóbil se había convertido en uno de los destinos estrella del turismo extraño, uno avivado por el sinfín de historias que recorren la red y por el abaratamiento de los vuelos y de los alojamientos. Ya sea en Fukushima o en Norilsk, viajar al Apocalipsis resulta atractivo.

Pero para viajar se requiere de un lugar donde dormir. Cualquier viajero interesado en los pormenores de Chernóbil (en su noria abandonada, en sus colegios cerrados desde hace más de tres décadas, en los animales que han devorado todo cuanto una vez levantó el ser humano, en el gigantesco sarcófago que ahora recubre la central, en el incipiente proyecto de energía solar que parece acechar al complejo) resolvería dormir en Kiev, la capital de Ucrania situada a un puñado de kilómetros río abajo.

Al fin y al cabo si existe una zona de exclusión es por algo, ¿no?

Sucede que contra toda lógica existen alojamientos en las inmediaciones de Pripyat, dentro de la ZEC y muy cerca de los hechos dramáticos que resultaron en el accidente nuclear más importante de la historia. Uno de ellos, el más conocido, es el hotel Desyatka. Uno peculiar, en tanto que se promociona del siguiente modo: “Recuerda que tu cuerpo está expuesto a una radiación adicional. No toques nada. Todo puede ser una fuente de problemas para ti, tu familia y tus amigos”. La paradoja del turismo de catástrofes es que esto es un reclamo, no un desincentivo.

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