Carlos Ochoa: Si queremos podemos

Carlos Ochoa: Si queremos podemos

Estamos en 2022 y los mensajes de buenos deseos se acumulan en los teléfonos, ya el 2021 es pasado y la verdad es que no lo extrañamos, nos sacamos la resaca histórica de un año en que pasaron muchas cosas y a la vez no pasó lo que la mayoría de los venezolanos esperábamos.

 En realidad el cambio no puede producirse, activarse solamente con buenos deseos, ni con una oposición que no se pone de acuerdo para alcanzar el objetivo, no estamos pidiendo la unión perfecta, ya que  no es posible dadas las diferencias que existen en las unidades, estamos exigiendo unión de diversos en un concepto político organizativo que supere el Frentismo, que agrupa a la defensa para pasar a la ofensiva como  en 1958, cuando las fuerzas políticas   pactaron un acuerdo de gobernabilidad con un modelo de país como meta y objetivo ¿acaso todos esos mensajes que recibimos y enviamos en navidad y en noche vieja hablaban de unidad? No recibí ninguno que dijera por ejemplo, en unidad con mi familia te deseo una feliz navidad o un feliz año, entiendo que usamos unidad y unión indistintamente, pero la unidad implica singularidad, una persona  es una unidad que cuando se une a otras expresa pluralidad, unión. Creo que la oposición venezolana tiene un exceso de unidad y un déficit de unión en este momento, esto lo entendemos por completo cuando nos reconocemos como mayoría sin unión. 

Existe una afirmación que diferencia el desear del querer,  el mundo de los deseos puede hacerse realidad trabajando la esperanza con  realidades. Esta afirmación comienza con  “Si quiero puedo”, vamos entonces los venezolanos en este 2022 a querer y poder, a alcanzar y lograr, a realizarnos como país, es un trabajo para ya. 





Recordemos esa conseja que nos recuerda que en  la unión está la fuerza, la gente  sabe y percibe cuando hay fuerza y cuando debilidad. Pactemos la unión este 2022 que el adversario se muestra gastado y acosado.

La pregunta del millón es cómo se logra la unión cuando las unidades no se ponen de acuerdo, la respuesta es sencilla, tienen que salir del no para formar la mayoría del sí, pero este cambio de polaridad requiere de grandeza con humildad, el ejemplo que ya mencioné el pacto de Punto Fijo en 1958, superó el frentismo contra la dictadura y vio con claridad el paso necesario para la unión de los factores políticos en torno a un proyecto de país,  en ese acuerdo los tres líderes de las organizaciones democráticas más importantes depusieron sus egos y sus ambiciones personales y partidistas, para darle piso al proyecto democrático que tuvimos por 40 años hasta que llegó Chávez con sus hordas bárbaras para saquear y destruir a uno de los países más prósperos del mundo, con la promesa de convertir a Venezuela en una potencia, en un ejemplo de progreso y felicidad para la humanidad, cuando en realidad hizo todo lo contrario y lo continua haciendo su heredero político. 

Pero todo eso ya lo sabemos y lo padecemos, aprovechemos las contradicciones internas del madurismo despegándose de lo que queda del chavismo como podemos constatar en Barinas después de la derrota que sufrieron en el evento del 21N  y exijamos a la dirigencia opositora una tregua para recomponer en unión el plan para la salida de Maduro, ya habrá tiempo para medirse en democracia y en libertad, pero primero lo primero.