Chernóbil: qué consecuencias dejó el accidente nuclear de 1986

Chernóbil: qué consecuencias dejó el accidente nuclear de 1986

Se estima en cientos de miles de millones de euros las pérdidas económicas provocadas por el accidente nuclear de Chernóbil. EFE/EPA/SERGEY DOLZHENKO/Archivo

 

El pasado jueves se informó que Rusia tomó el control de la planta nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, que se encuentra ubicada en el sureste de Ucrania, tras atacarla y generar con ello un incendio que, posteriormente fue controlado. Así lo confirmó la mañana de este viernes el regulador nuclear de Ucrania.

Por: Infobae





El pasado jueves, el presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky emitió un mensaje, en el que aseguró que fuerzas rusas estaban disparando contra la planta nuclear, lo que provocó un incendio en ella. “Europa debe despertar. Los tanques rusos disparan contra plantas nucleares. Saben dónde disparar. Se estaban preparando para esto”, dijo Zelensky.

Esto causó preocupación, pues se temió que pudiera ocurrir un accidente nuclear. El presidente ucraniano advirtió que en la planta atacada hay seis reactores nucleares, y en todo el país, 15, por lo que dijo que si había una explosión, “es el fin de todo”.

También expresó que el ataque a la planta nuclear pudo haber causado una catástrofe seis veces mayor a la de Chernóbil, suscitada en 1986.

Consecuencias del accidente nuclear de Chernóbil

El 26 de abril de 1986, a menos de tres kilómetros al sur de lo que en ese momento era una ciudad con 50 mil habitantes, el reactor número cuatro de la central nuclear de Chernóbil estalló.

Como consecuencia de la explosión y del incendio, unas 30 personas murieron. También, por estar expuestas a radiaciones letales. La estructura destruida ardió por 10 días, contaminando 142 mil kilómetros cuadrados en el norte de Ucrania, el sur de Bielorrusia y la región rusa de Briansk.

Este es considerado el peor accidente nuclear que se ha registrado en el mundo.

La lluvia radioactiva, que fue 400 veces superior a la radioactividad liberada en Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial, expulsó a más de 300 mil personas de sus hogares, y desencadenó una epidemia infantil de cáncer de tiroides.

Con el paso de los años, las pérdidas económicas, por costes sanitarios, de limpieza, indemnizaciones y pérdida de productividad, se han cifrado en cientos de miles de millones de euros. A medida que los errores y el secretismo del gobierno fueron saliendo a la luz, Chernóbil incluso provocó la aceleración de la desintegración de la Unión Soviética.

Los restos, extremadamente radioactivos del reactor cuatro, aún se encuentran bajo el “sarcófago”, una deteriorada cripta de hormigón y acero, construida a toda prisa luego del accidente, y que 20 años después amenazaba con desplomarse.

Los trabajos para reemplazarlo se iniciaron hace una década. Se trata de una estructura arqueada, del tamaño de un estadio que se deslizaría sobre el sarcófago y lo cerraría herméticamente.

Los primeros cálculos, tras la tragedia, es que habría decenas, o incluso, cientos de miles de muertos a consecuencia del accidente nuclear. Sin embargo, estos fueron desechados, aunque el daño genético producido, cobra víctimas lentamente aún hasta nuestros días.

Nadie puede predecir los efectos definitivos, pero un informe fidedigno, de 2005, calculaba que el polvorín de cáncer encendido por Chernóbil, se cobraría unas 4 mil vidas. Aun así, los efectos más insidiosos de Chernóbil podrían ser las heridas psicológicas sufridas por los que abandonaron un hogar malogrado y por los millones de personas que siguen viviendo en la zona contaminada. Muchas mujeres que viven cerca del lugar del desastre, sienten que darán a luz a bebés sin futuro o enfermos.

Prípiat es una ciudad que fue construida en la década de los 70 para el personal de la central de Chernóbil. Un día después de la catástrofe, se informó que la ciudad sería evacuada, y mil 100 autobuses de toda Ucrania se alinearon en esa ciudad.

A las 5 de la tarde, Prípiat estaba vacía. Hasta la fecha, es una ciudad fantasma, en donde, diversas ocasiones, se ha documentado cómo se quedó parada en el tiempo.