España se encamina a la mayor devaluación de sus salarios en casi 40 años

España se encamina a la mayor devaluación de sus salarios en casi 40 años

Un hombre hace la compra en el Mercado Central de Valencia en una imagen de archivo.IVÁN TERRÓN / EP

 

 

 





Salvo sorpresa de última hora, los asalariados españoles están abocados a sufrir la mayor devaluación de sus sueldos de la historia reciente de España. Con unos precios del consumo que permanecerán un 10% por encima que los niveles registrados el año pasado al menos hasta julio y unos salarios que crecen a paso de tortuga, la capacidad de compra de los españoles se verá mermada de manera severa.

JORGE MILLÁN // 20 MINUTOS

Si se cumplen los augurios del Banco de España -que estima que 2022 cerrará con una inflación promedio del 7,6%- y, además, los sueldos crecen por debajo del 4% este año (actualmente las subidas promedian un 2,4%), los asalariados españoles sufrirán la mayor pérdida de poder adquisitivo en casi 40 años.

Para encontrar un desfase tan grande entre salarios y precios en un solo año habría que remontarse a 1984. Entonces, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se alzó hasta el 11,3%, mientras que los salarios se revalorizaron un 7,8%, una diferencia de 3,5 puntos porcentuales.

Si la tendencia en lo que llevamos de año -9,8% de IPC en marzo y subidas salariales por convenio del 2,4%- no revierte, la brecha entre sueldos y precios podría ser bastante mayor. No obstante, es de esperar que la inflación comience a moderarse a partir de julio y que los salarios se revaloricen algo más según vaya avanzando el año.

Los sueldos se quedan atrás

La situación se ve agravada por el hecho de que el año pasado los españoles ya perdieron poder adquisitivo. La diferencia entre la subida de los precios y los salarios fue de 1,5 puntos, la mayor registrada en lo que llevamos de siglo. Este desfase, aplicado a un salario medio, supuso una pérdida de poder de compra de 400 euros.

Los más pobres serán los más perjudicados

El fuerte componente energético de la inflación que sufre España (y Europa) y su influencia cada vez mayor sobre los alimentos hacen que las rentas más bajas se estén saliendo especialmente mal paradas de esta crisis. En marzo -último dato desagregado disponible-, el 63% de la subida de precios era culpa de la energía y los alimentos, dos apartados a los que los hogares más pobres del país dedican mayor proporción de sus ingresos que las rentas altas.

Además, sectores con sueldos de partida ya reducidos, como la hostelería o el agrario, están registrando subidas salariales por debajo de la media. Según los datos de subidas salariales pactadas por convenio que publica el Ministerio de Trabajo, los sueldos en hostelería tan solo se han revalorizado un 1%, claramente por debajo de la media global del 2,4%. En el caso de las actividades agrarias, los incrementos apenas alcanzan el 1,6%. En el otro lado del espectro, los transportistas (con un incremento del 3,5%), la construcción (3,2%) o la industria (3,1%) han negociado subidas más cuantiosas.

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