Las dramáticas historias de los habitantes de Shanghái en su intento por conseguir comida

Las dramáticas historias de los habitantes de Shanghái en su intento por conseguir comida

Las dos costillas de cerdo denunciadas por el bloguero chino.

 

 

“Pagué 400 yuanes (60 dólares) por dos chuletas de cerdo podridas”, dice exasperado Will Liu, un residente en Shanghái, quien compró estos alimentos en línea cuando tenía hambre durante la segunda semana de confinamiento por covid en la ciudad.





Por BBC Mundo

Mientras China continúa con su estrategia de cero covid, Shanghái ha entrado en su quinta semana de bloqueo, en un intento por erradicar el virus en el centro financiero y de negocios del país, que alberga a 25 millones de personas.

Siguiendo las directrices del gobierno, los ciudadanos tienen que pedir comida y agua y esperar a que el gobierno les entregue verduras, carne y huevos. Pero la extensión del bloqueo ha desbordado los servicios de entrega, los sitios de internet de las tiendas de comestibles e incluso la distribución oficial de los suministros.

La BBC ha recibido numerosos mensajes públicos y privados de Shanghái sobre las dificultades para conseguir alimentos y suministros médicos desde el comienzo del bloqueo.

Will Liu, de 28 años, es de Taiwán y lleva casi siete años viviendo en Shanghái.

Le cuenta al servicio chino de la BBC que había almacenado comida suficiente para cinco días, la duración del encierro original anunciado por el gobierno, pero que luego el confinamiento se extendió.

“Las autoridades siguieron ampliando los plazos de los cinco días originales de cierre para hacerlos cada vez más largos. La vida de todo el mundo ha dado un vuelco”.

Will sólo tiene un microondas para cocinar en casa y, a medida que avanzaba el bloqueo, se quedó sin comida.

“En la segunda semana de confinamiento, encontré un sitio web de comida para llevar que anunciaba ‘chuletas de cerdo por 400 dólares canadienses (60 dólares estadounidenses)’. Me moría de hambre, así que hice un pedido. Pero lo único que recibí fueron dos trozos de carne podrida. Conseguí que me devolvieran el dinero, pero me sentí muy defraudado por todo el asunto”.

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