Ángel Montiel: Volver a la descentralización

Nadie puede negar ni de izquierda ni de derecha, ni chavista ni antichavista que la descentralización le dio un impulso increíble al desarrollo de Venezuela.

La descentralización logró que los estados compitieran y que, a través de los distintos gobernantes, no importando su tendencia ideológica, desarrollaran proyectos propios a veces innovadores en la búsqueda del progreso y desarrollo en cada una de sus regiones.

Eminentes personajes como Fernando Chumaceiro, Jorge Sánchez Meleán, Lolita Aniyar de Castro,  Rodrigo Cabezas y hasta el mismo Tony Boza e Ydelfonso Finol fueron voceros de derechas e izquierdas para que las regiones tuvieran ingresos propios a través del petróleo y los distintos organismos regionales que administraban recursos-





En el Zulia, por ejemplo,  la descentralización permitió que parte de los ingresos petroleros llegaron a la región y por supuesto se tradujo en inversión de un sinnúmero de proyectos que es difícil cuantificar pero que las autoridades los gobernadores como Manuel Rosales de la época Francisco Arias Cárdenas pudieran ejecutar y transformar en obras.

 Pudiéramos decir que la descentralización comenzó en el Zulia con el puente del Rio Limón que fue una obra financiada con recursos fuera del Estado venezolano y cuyos ingresos se compartían entre dos municipalidades Mara y Páez  y fua gracias a Fernando Chumaceiro se logró que esta obra  fuera descentralizada y mas adelante Boza y Finol y otros impulsaron la Ley de Asignaciones Especiales que fue un proyecto una idea transformadora revolucionaria que le permitió ingresos a las gobernaciones a las alcaldías en la regiones petroleras comenzando por el Zulia.

Con la entrada del régimen de Hugo Chávez se acabó la descentralización. Se puso fin al proyecto de la Venezuela del siglo XXI y hasta del siglo XXII. Chávez cerró todas las vías de la descentralización. 

Pero la idea no es enfocarnos en el autor, en el hombre que aniquilo la descentralización sino hacer “borrón y cuenta nueva”  y replantear los términos mínimos y en los términos máximos que serían las transferencias de las competencias hasta la autonomía política de los estados que es la verdadera descentralización en toda su magnitud. 

Chávez le hizo un disparo al corazón a la descentralización y solo Dios sabe si se lo perdona o no, pero quien ahora retome la bandera de la descentralización estoy seguro que el país del mañana.

Es hora que el gobierno central ceda competencias y entes a las regiones, empezando por las alcaldías para que los gobiernos locales y regionales sean los impulsores desde abajo del desarrollo que necesita Venezuela. Romper con ese esquema perverso del Bolipuerto que fue una idea descabellada y que solo paró en nada porque ni un céntimo entraron a los estados o los municipios. Es el momento de que los puertos, aeropuertos y en general todos esos entes de servicios públicos sean devueltos a sus verdaderos dolientes como son los municipios y las gobernaciones. La descentralización en una especie de vuelvan caras del mañana, el país se lo agradecerá.