Navalni vuelve al banquillo de los acusados en nuevo caso penal

Navalni vuelve al banquillo de los acusados en nuevo caso penal

La UE reclamó a Rusia la inmediata liberación del preso político Alexei Navalny

 

El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, que cumple ocho años de prisión, volverá mañana, miércoles, a sentarse en el banquillo de los acusados en un nuevo caso penal que podría acarrearle otra larga pena de cárcel.

“Navalni participará en la vista por videoconferencia desde prisión”, informó el Comité de Instrucción de Rusia (CIR), según informó la agencia TASS.





AMENAZA DE CAUTIVERIO PERPETUO

Navalni recibió las 700 páginas con el caso penal apenas 36 horas antes del inicio del proceso en el Tribunal Basmanni de Moscú, según informó su equipo en el canal de Telegram.

“Ahora estoy hasta arriba de materiales del caso y aún tengo que trabajar ocho horas al día. En la orden del día no hay tiempo para estudiar los documentos”, comentó el opositor.

Sus abogados han pedido a la dirección de la prisión de la región de Vladímir en la que se encuentra que den tiempo al preso para familiarizarse con el caso.

En respuesta, el Comité de Instrucción de Rusia dio hoy hasta el 5 de mayo de plazo al acusado y sus defensores para estudiar el expediente.

En octubre del pasado año los abogados del opositor anunciaron que contra su cliente se había incoado un nuevo caso penal por creación de una organización extremista, instigar el odio hacia los funcionarios y llamar a participar en manifestaciones no autorizadas.

Navalni aseguró que puede ser condenado a 30 años de cárcel; su colaborador, Leonid Vólkov, elevó esa pena a 35 años, mientras las agencias rusas hablan de quince años.

Algunos opositores apuntan que Navalni, que ha criticado la conocida como “operación militar especial“, no verá la luz del día mientras siga en el poder el actual jefe del Kremlin, Vladímir Putin.

DETERIORO DE SU SALUD

Recientemente, su equipo expresó el temor de que el político esté siendo envenenado, ya que ha perdido ocho kilos de peso.

“No excluimos que justo ahora estén envenenando lentamente a Navalni. Lo matan poco a poco para que no llame tanto la atención”, dijo Kira Yarsmish, una de sus más estrechas colaboradoras y portavoz del opositor, en un vídeo colgado en Twitter.

En la misma línea, el abogado del opositor, Vadim Kobzev, aseguró que después de que su cliente fuera envenenado hace tres años con Novichok hay que tomarse muy en serio cualquier deterioro de su salud.

“Exigiremos que se le realicen exámenes toxicológicos y radiológicos”, dijo en Telegram.

Anteriormente, Kovzev ya acusó a las autoridades penitenciarias rusas de tener “una clara estrategia de destruir la salud de Navalni por todas las fuerzas y medios a su alcance”.

A mediados de enero Navalni fue examinado por un doctor después de que cientos de médicos denunciaran su frágil estado de salud en una carta abierta al presidente, Vladímir Putin.

CAMPAÑA DE REPRESIÓN

Sus correligionarios relacionan el envío de Navalni a la celda de castigo, primero, con la nominación a los premios Oscar de un documental sobre su vida, que después obtendría el galardón, que fue recogido por su esposa, Yulia, quien demandó su liberación.

El opositor, que tiene 46 años y recibió el pasado año el premio Sájarov del Parlamento Europeo, considera que el objetivo de los servicios penitenciarios es que el preso enferme para no tenga más remedio que colaborar.

La Justicia rusa rechazó en noviembre un recurso de los abogados de Navalni y confirmó la condena de prisión que le fue impuesta por estafa y desacato.

Desde el inicio de la campaña militar rusa en Ucrania, el Kremlin ha lanzado una campaña de persecución de todos aquellos ciudadanos, activistas o políticos que se manifiesten en contra de sus planes militaristas.

La pasada semana el político y periodista Vladímir Kara-Murzá fue condenado a 25 años de cárcel, mientras el jueves arrancará el proceso contra el único opositor crítico con el Kremlin que encabezó el Ayuntamiento de una ciudad de más de un millón de habitantes, Yevgueni Roizman.

EFE