El revuelo mundial que generó el lanzamiento en el mercado de Wegovy, el medicamento inyectable que ayuda a bajar de peso, disparó una demanda significativa en los países donde ya se comercializa como España y Estados Unidos. El laboratorio danés que lo produce ya advierte faltantes a nivel mundial y asegura que está invirtiendo para desarrollar la capacidad necesaria que satisfaga esta creciente demanda.
Por Clarín
En el sitio oficial de la entidad se destaca: “Mirando hacia el futuro, una segunda organización de fabricación por contrato inició recientemente la producción para ayudar a aumentar el suministro de Wegovy y tenemos planes sólidos para aumentar continuamente la capacidad de Wegovy en los próximos años”.
El tema de los costos es muy variable porque muchas veces depende de licitaciones y del sistema de salud de cada país. En el sitio oficial del laboratorio danés que desarrolla y comercializa esta droga figura que Wegovy tiene un precio de lista de 1.349,02 dólares por paquete.
En cuanto a Ozempic, la semaglutida del mismo laboratorio que está indicada en el país para pacientes con diabetes tipo 2, tiene un costo de entre $ 72.108 y $ 122.584, dependiendo la dosis. Esos son los valores según la página de kairós.com, el manual de precios de medicamentos. Igualmente, el costo final no necesariamente es este porque muchas veces los laboratorios hacen licitaciones con pagadores y obras sociales. De hecho, esta droga cuenta con cobertura de varias entidades, por lo que el paciente termina pagando una cifra menor.
Cómo actúa la molécula de Wegovy para tratar la obesidad
“No es una molécula nueva porque el ingrediente activo farmacéutico (IFA) es semaglutida que está contenida en Ozempic, aunque en una dosis menor. La dosis máxima utilizada para diabetes es de 1 mg mientras que la dosis máxima para la indicación de obesidad es de 2,4 mg. La semaglutida reduce el peso corporal al actuar en el cerebro favoreciendo la saciedad y reduciendo los antojos de comidas”, explica Christian Höcht, profesor titular de la Cátedra de Farmacología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires, en diálogo con Clarín.
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