Miguel Méndez Fabbiani: ¿Por qué el régimen desarmó a los Venezolanos?

Miguel Méndez Fabbiani: ¿Por qué el régimen desarmó a los Venezolanos?

Venezuela ha vivido 212 accidentados años de existencia republicana.

Nuestra nación sólo ha disfrutado de escasos 40 años, de frágil y precaria democracia representativa, que antes los embates de las constantes conspiraciones militares finalmente no logró sostenerse.

Sistema democrático delicado qué no quisimos, no supimos, ni pudimos perseverar.





Los restantes 172 años, han sido de brutales dictaduras militares qué han oprimido y sangrado a millones de hijos inocentes de la nación venezolana.

Pero desde 1999, se ha instaurado en nuestra Venezuela una tiranía de particular naturaleza maligna, narcocratica, terrorista y genocida.

Un sistema social de componente comunista, criminal (son sinónimos), mafioso y enemigo de los venezolanos de a pie, que hoy sufren las peores miserias sin poder defenderse.

Dictadores crueles han pisado la garganta de nuestra nación a lo largo de nuestra sangrienta historia, pero es usto acotar, qué ninguno hubo cómo está dupla de satrapas saqueadores, que ejercen una guerra gradual de arrase contra nuestra población civil.

Y entonces al analizar detalladamente lo anterior, surge la pregunta:

Por que no ha existido una sola dictadura en 247 años de existencia de los Estados Unidos de América?

Y sencillamente emerge e una repuesta elemental:

Por qué él valiente pueblo de la gran nación del norte, está legalmente habilitado por la constitución para portar armas largas.

Armas que nunca han usado los ciudadanos americanos conscientes, para dar un golpe de estado, pero qué estarían bien dispuestos a usar estos patriotas, para derrocar a cualquier tirano que pretenda subyugarles.

Por qué los socialistas de ese próspero país insisten tanto en querer desarmarlos?

Pues, por qué el derecho natural de cualquier ciudadano a portar armas, es una poderosa acción disuasoria para todo aspirante a dictador, en tanto y en cuanto, deberá iniciar un costoso y cruento conflicto civil, para esclavizar a ese aguerrido pueblo libertario, que porta con orgullo sus armas amparado legalmente en la segunda enmienda de su inviolable constitución.

En Venezuela, una de las primeras medidas en que él golpista cobarde insistía, con inusual vehemencia, era en desarmar totalmente a los ciudadanos comunes.

Desarme injustificado e ilegal que en nada redujo los índices de criminalidad existentes, sino que muy por él contrario, la tasa de afectación hamponil creció exponencialmente con esta medida.

Este incremento fue posible por la política criminal del narcoregimen, que a un mismo tiempo que desarmada a los opositores legalmente armados, a la vez armaba con toda intención belicista, a sus grupos de choque callejeros llamados “colectivos”.

Los “colectivos” son grupos paramilitares dedicados a sembrar el terror a cualquier opositor de la tiranía chavista. En los eventos electorales ejercen especialmente cómo fuerzas primarias de impacto callejero, para amedrentar a los votantes de la oposición.

Estas bandas armadas han atacado con disparos a protestantes, periodistas, estudiantes, religiosos y a cualquier personas sospechosa de ser críticas al gobierno, a veces con la anuencia de fuerzas de seguridad y en algunos casos incluso coordinando abiertamente con ellas.

Los “colectivos” se basaron en las milicias iraníes Basij.

El “comandante supremo” para crearlas, tuvo reuniones personales con funcionarios iraníes que incluían al comandante de los Basij, el brigadier general Mohammad Reza Nadqi.

El líder de la “Revolución Bolivariana” encomendó a los “colectivos” que fueran «el brazo armado de la revolución bolivariana», y el régimen les ofreció para esta tarea represiva armas de guerra, sistemas de comunicación, motocicletas de alta cilindrada y equipo de vigilancia para ejercer control en los barrios humildes de Caracas, donde se le prohíbe la entrada a las fuerzas policíales.

Armas propias de un conflicto bélico, qué incluyen fusiles de asalto, subametralladoras, pistolas de repetición automática, y granadas de fragmentación.

Armas en manos de bandas criminales que asesinaron vilmente a estudiantes venezolanos inocentes, cuando éstos protestaban pacíficamente por un futuro mejor.

Existen hoy entre 20 y 100 diferentes colectivos en Venezuela, siendo los grupos más destacados los Tupamaros, Alexis Vive, La Piedrita y Ciudad Socialista Frente 5 de Marzo.

Los “colectivos” han sido acusados de participar de operaciones narcotráficantes, de secuestrar, de asesinar y de cometer extorsión sistemática contra ciudadanos decentes y trabajadores.

Sicarios, homicidas y delincuentes violentos forman parte de sus integrantes destacados, ya que la intención y capacidad de matar, es condición indispensable para pertenecer a estas agrupaciones radicales de extrema izquierda.

La descripción anterior nos alcanza ahora para comprender por qué el finado “héroe del museo militar”, se empeñaba en municionar a toda costa, su peligrosa guerilla rural llamada Fuerza Bolivariana de Liberación y a su violento brazo urbano, el infame Frente Francisco de Miranda.

Por otro lado, está la grave denuncia que cursa en la Fiscalía del Distrito Sur de Manhattan, donde se acusa a importantes figuras del régimen chavista, de apetrechar con parques de armas compradas a través de las instituciones militares de la nación, a la narcoguerrilla colombiana de las FARC para uso en operaciones terroristas.

Ronna Rísquez, una periodista independiente, afirmó que en Venezuela hay 50 grupos armados no estatales «operando en todo el territorio nacional».

Las zonas con mayor actividad de crimen organizado en el país son las zonas fronterizas y las mineras, precisó la experta en investigaciones sobre el crimen organizado.

Esto debido a que son las regiones en las que se generan más rentas para estos grupos irregulares en actividades como minería ilegal, tráfico de drogas, trata de personas y tráfico de migrantes.

«Estos sitios son el estado Táchira, Zulia, donde opera con fuerza el ELN; Sucre, por la salida hacia Trinidad y Tobago; el estado Bolívar, donde está el Arco Minero del Orinoco; Amazonas, donde también hay minería y el estado Apure.

Estos son los estados con fuerte presencia de grupos armados. Y, en algunos casos, también estos grupos tienen cierto tipo de actividad en ciudades y estados centrales del país, como Carabobo, Aragua, Miranda, Distrito Capital, Lara,Yaracuy y Trujillo», abundó Rísquez.

Colectivos, restos de guerrillas colombianas, megabandas como el Tren de Aragua, pranes, autodefensas campesinas, pequeñas pandillas son algunos de los 50 grupos armados que operan en territorio venezolano.

Y también, cómo sí no fuera suficiente, se reporta presencia activa de carteles mexicanos en derrito nacional venezolano.

Todo este sumario histórico y a du vez prontuario criminal, nos coloca en un obligante dilema moral:

Es “legal” para estas bandas armadas tener impune licencia para matar, y merodear las calles de nuestra Venezuela con esa patente de corso asesinar jóvenes inocentes, pero es “ilegal” para un ciudadano honrado defenderse legítimamente de estos grupos narcoterroristas?

Tienen los venezolanos víctimas del comunismo el derecho natural a protegerse ellos y sus familias?

Dejo a usted respetado lector, la elemental respuesta, que debe darse a ésta lógica pregunta.

Miguel Méndez Fabbiani.

Director del Centro Internacional de Derechos Humanos, Justicia y Libertad