Panamá y Colombia buscan un punto en común para la gestión de la crisis migratoria

Panamá y Colombia buscan un punto en común para la gestión de la crisis migratoria

Migrantes hacen fila para ser trasladados en bus hacia Paso Canoas, frontera con Costa Rica, luego de cruzar la selva del Darién, el 15 de septiembre de 2023 en Lajas Blancas (Panamá). Horrible, horrible, repiten muchos migrantes. El paso por la selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, no es como imaginaron. Guiados por videos que inundan las redes sociales y el relato de conocidos, la desinformación y el engaño acentúan la crisis migratoria. EFE/ Bienvenido Velasco

 

Panamá y Colombia siguen en busca de un “punto en común” sobre cómo gestionar la crisis de migratoria y humanitaria que supone el paso por sus territorios de viajeros irregulares con destino a Norteamérica, ante la expectativa que la situación no se revertirá este año tras la cifra histórica de más de 520.000 de ellos en 2023.

Así lo afirmó este viernes el ministro panameño de Seguridad Pública, Juan Manuel Pino, tras una reunión con el titular del Ministerio de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, celebrada en la ciudad de Panamá para analizar temas de seguridad y migración.

Migrantes irregulares con nacionalidad de más de 60 países, aunque en su mayoría son venezolanos, cruzan varios países suramericanos antes de internarse en la peligrosa selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia y enlace entre Sur y Centroamérica por la que en 2023 pasaron más de 520.000 de estos viajeros, algo sin precedentes.

“Tenemos que buscar un punto en común, una reunión lo más próxima señor ministro, para ver cómo acordamos el tratar a este fenómeno, que en el 2024 vaticinamos no va a parar por los diferentes aspectos que ocurren en la región”, dijo Pino teniendo a su lado a Velásquez, como lo mostró un vídeo repartido a los medios por el Ministerio de Seguridad.

Según el ministro panameño, los Gobiernos de Panamá y Colombia están “conscientes” de que deben “buscar un punto en común” y “separar la parte humanitaria de la migración de lo que es el crimen organizado que se está aprovechando” de este fenómeno.

Mientras que Colombia deja pasar sin prácticamente restricciones a los migrantes irregulares, Panamá aplica un flujo controlado a través de un programa humanitario que incluye tomar sus datos biométricos, ofrecerles servicios sanitarios y de alimentación y vigilar su tránsito directamente hasta la vecina Costa Rica.

Velásquez habló por su parte de “la necesidad de fortalecer la contrainteligencia para lograr que autoridades públicas panameñas y colombianas, con la mayor transparencia, enfrenten los fenómenos criminales que nos afectan”.

“Tenemos ahora (…) la mención al tema de la migración irregular, las organizaciones criminales que se encuentran detrás de esta migración en el aprovechamiento de las necesidades” de estas personas, pero también existen “otros fenómenos como el del narcotráfico o la minería ilegal”, dijo ministro colombiano en el vídeo difundido por las autoridades.

Aseguró que los resultados de las acciones desarrolladas por cada país en la frontera común muestran “un incremento en cuanto a los resultados positivos”, aunque destacó que “siempre” hay la “necesidad de una cooperación muy fuerte”.

Se requiere una cooperación “muy constante en términos también de mayores niveles de confianza, que son bastantes los que tenemos, pero que haya una identidad de tal naturaleza en este propósito común de la lucha contra la criminalidad que podamos presentar esos mejores resultados durante este año”, agregó Velásquez.

EFE

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