Por qué el sueño y las emociones tienen un papel clave en el aprendizaje y la salud cerebral

Por qué el sueño y las emociones tienen un papel clave en el aprendizaje y la salud cerebral

(Imagen Ilustrativa Infobae)

 

El proceso de aprendizaje, una capacidad intrínseca y vital del ser humano, conlleva transformaciones profundas en el cerebro, que moldean de manera constante la arquitectura de este órgano fascinante.

Por infobae.com

Aprender, entonces, involucra múltiples factores, entre ellos dos de particular importancia: el sueño y el manejo de las emociones. Así, los distintos aprendizajes impactan en diferentes regiones y sistemas cerebrales. Este entramado de interacciones revela cómo, más allá de la adquisición de conocimientos, aprender representa un complejo proceso biológico que afecta el estado físico y emocional. La calidad del sueño, por ejemplo, además de restaurar el organismo, también organiza y consolida las experiencias de aprendizaje del día, preparando al cerebro para futuras adquisiciones cognitivas.

De la misma manera, las emociones actúan como filtros que pueden potenciar o inhibir nuestra capacidad de retener información, ejerciendo una influencia significativa en cómo y qué recordamos. Esta dinámica entre aprendizaje, sueño y emociones subraya la importancia de atender a estos factores en la vida diaria y en los entornos educativos, para maximizar el potencial del aprendizaje humano.

La clave del sueño reparador

El sueño juega un rol fundamental en la consolidación de la memoria, un proceso esencial para el aprendizaje efectivo. Entonces, dormir bien es un factor esencial que contribuye a mejorar los aprendizajes.

Por ejemplo, tener un sueño reparador favorece a la realización de alguna actividad o tarea. Pero el proceso no queda ahí: también beneficia el recuerdo de lo que se aprendió el día previo y facilita las condiciones para el aprendizaje del día siguiente.

Según explica el Dr. Daniel Pérez Chada (MN 47.085), presidente de la Fundación Argentina del Sueño, consultor del servicio de Neumonología y director de la Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral en una nota con Infobae, “el buen dormir es un factor clave de la salud humana” y suma que “las alteraciones e interrupciones del sueño que afectan la calidad y cantidad de horas que descansamos cada noche, no solamente causan somnolencia, fatiga, debilidad dificultades para concentrase en el transcurso del día, sino que, además, tienen el potencial de causar y o empeorar afecciones de salud existentes”.

“El sueño tiene una función biológica esencial”, define Pérez Chada, “ya que el buen descanso nocturno resulta esencial para la prevención y manejo de varias enfermedades, algo que ha demostrado la evidencia científica disponible”.

Además de desfavorecer las condiciones para el aprendizaje, “el déficit de sueño crónico lleva a múltiples efectos negativos en la salud, que abarcan desde problemas cardiovascularesdeterioro cognitivo, debilitamiento del sistema inmunológico, y un incremento en el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2?, agrega Pérez Chada.

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