El “caníbal de la Resurrección”, mató a su mujer, la descuartizó, se comió sus sesos y usó su cráneo como cenicero

El “caníbal de la Resurrección”, mató a su mujer, la descuartizó, se comió sus sesos y usó su cráneo como cenicero

La madre de la víctima declaró a medios locales que su hija había sido asesinada por Álvaro N “con un machete, un cincel y un martillo” La Razón

 

Álvaro “N”, de 32 años y apodado el ‘Caníbal de Puebla’, mató el pasado 29 de junio de 2023 a su mujer -madre de cinco hijas-, al estar bajo los efectos de sustancias prohibidas, según informó la Fiscalía del estado mexicano.

Por larazon.es





El imputado fue detenido días más tarde en la vivienda de la pareja, después de que supuestamente llamó a una de sus hijastras para confesar que había asesinado a su madre, María Montserrat. “La maté, la descuarticé y la tiré al barranco en bolsas”, explicó Álvaro “N”.

Tras ser arrestado, la Policía precisó que el sospechoso confesó que la ‘Santa Muerte’ y el diablo le habían ordenado matar a su esposa, para después descuartizar el cadáver y meter sus restos en bolsas de plástico.

Álvaro “N” habría también aseguró que, tras arrojar las bolsas a un barranco cercano a la propiedad, se comió el cerebro de la mujer en unos tacos y el cráneo destrozado lo utilizó como cenicero.

La madre de la víctima, María Alicia Montiel, declaró a medios locales que su hija había sido asesinada “con un machete, un cincel y un martillo” y que le había llamado llorando para preguntarle por qué lo había hecho.

Montiel aseguró que su hija, quien se había casado hace menos de un año y que sus cinco hijas tenían entre 12 y 23 años, sufría una vida llena de violenciay acoso sexual por parte de su presunto asesino.

Asimismo, señaló que el imputado espiaba a sus dos hijastras más pequeñas mientras se bañaban. También aseguró que Álvaro era un alcohólico y drogadicto que solía publicar en redes sociales mensajes sobre su culto a la ‘Santa Muerte’.

Al cuestionarle sobre por qué la había asesinado, la mujer indicó que Álvaro solo alcanzó a decirle: “Ella no sufrió”.