El episodio piloto, un clásico de la televisión estadounidense en peligro de extinción

El episodio piloto, un clásico de la televisión estadounidense en peligro de extinción

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Hace justo 20 años, Lost abrió una época nueva para las series, y para todo el fanatismo que les rodean. Tanto que, en aquel 2004 todavía sin servicios de streaming legales, cuando muchos usuarios españoles descargaron el primer episodio de la serie sobre la misteriosa isla, aprendieron un nuevo término televisivo al leer su archivo: piloto. ¿A qué hacía referencia esa palabra? ¿Quizás al piloto del avión estrellado que moría en la selva? ¿Era el nombre del capítulo?

Por: El País





Un episodio piloto es, en realidad, el término con el que durante décadas la televisión estadounidense ha bautizado a estos capítulos de prueba con los que se inicia una serie y que servían para convencer a los canales de pedir más episodios. Era una fórmula de éxito probada. El de Lost era hasta entonces el más caro de la historia, con más de 10 millones de dólares de presupuesto. Pero desde que el avión 815 de Oceanic se extravió, casi todo ha cambiado en una industria televisiva volcada hoy en las plataformas. Los pilotos son un clásico en peligro de extinción y, con ello, las cadenas se han llevado por delante un conglomerado que movía miles de millones y creaba cientos de empleos. Según el cálculo de The Hollywood Reporter, en 2013 se grabaron 98 episodios pilotos. Esta temporada, 12 años después, se cuentan con los dedos de una mano.

En el piloto original de30 Rock, el personaje de Jenna Maloney no tenía el rostro de la icónica Jane Krakowski, sino el de Rachel Dratch, que luego sería utilizada en cameos en distintos personajes. El de The Office era una copia plano a plano del original británico. Y en The Big Bang Theory no existía Penny. Tampoco Alyson Hannigan era Willow en Buffy. A veces el giro era más drástico. Star Trek, de 1966, solo mantuvo de su elenco al actor que hacía de Spock, si bien su piloto original ha ido ganando tanta fama que aquellos personajes han acabado logrando en 2022 su propia serie continuación.

Rodar un piloto era arduo y dejaba víctimas por el camino, desde actores hasta guionistas desmoralizados, pero también servía para pulir y mejorar. Cuando daba sus frutos, lo hacía con pingües resultados. Buscaban lo mejor de cada proyecto, avalado por datos, pese a que no siempre se pudiera dar todo por bueno: Seinfeld, por ejemplo, funcionó fatal en los pases previos. ¿Qué hicieron? Sumar a Julia Louis-Dreyfus para aportar una visión femenina. No le vino mal.