El País: La cruzada de una bióloga para salvar el refugio del mono araña en Venezuela

El País: La cruzada de una bióloga para salvar el refugio del mono araña en Venezuela

La bióloga Diana Liz Duque, durante un recorrido de búsqueda, para observar un grupo de Monos Araña, que se encuentran en peligro de extinción, dentro de la selva de la Reserva Forestal de Caparo, el 3 de mayo de 2024.
MIGUEL ZAMBRANO

 

La primera vez que Diana Liz Duque estuvo en Caparo vio a los monos araña. Llevaba varias incursiones en otros bosques de Venezuela sin poder ver al que sería el objeto de estudio de su tesis doctoral en la Universidad Central de Venezuela y el centro de una lucha casi en solitario por la conservación de un fragmento de bosque de la Reserva Forestal de Caparo, en el Estado Barinas, al suroccidente de Venezuela, la casa de esta especie en peligro crítico de extinción.

Por El País





El que hubiese visto a los monos en sus primeros pasos por el bosque fue emocionante, pero no era una buena señal. En realidad, había una mayor concentración de monos porque el hogar se les había empequeñecido por la deforestación. La historia del Ateles hibrydus, uno de los primates más grandes presentes en la región, y de esta científica silenciosa, de las que todavía quedan en Venezuela haciendo trabajo de campo, es la de cómo la presión por la extracción de recursos madereros y la colonización de los pastizales para el ganado van arrinconando los ecosistemas fundamentales para la biodiversidad, algo de lo que pocos parecen darse cuenta.

La Reserva Forestal de Caparo fue creada en 1961 como un área de aprovechamiento maderero, bajo administración especial. Eran 180.000 hectáreas de árboles que se elevaban sobre la sabana de los llanos colombo-venezolanos. Sesenta años bastaron para arrasar ese bosque, pues no se cumplió la condición de reforestar que venía con la concesión de explotación del recurso maderero, denuncia la investigadora. El mapa de la reserva hoy es más árido que boscoso. Y en parches de árboles que apenas llegan a 7.000 hectáreas —el 4% de su superficie original— intenta sobrevivir el mono araña, una de las 25 especies de primates más amenazadas del mundo, según la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.

Hace 14 años atrás, Duque creó el Spider Monkey Project para estudiar su comportamiento en los bosques fragmentados y visibilizar su situación como especie en peligro de extinción. “Los monos arañas son frugívoros. Las frutas ocupan el 83% de su dieta y tienen un rol importantísimo en la regeneración del bosque, porque ayudan a dispersar semillas”, explica. Los monos viven en grupos y se mueven en territorios específicos dentro del bosque. Pero, la fragmentación de éste “hace que tengan que moverse más en busca de recursos”. Hace una década, Duque logró contar siete grupos integrados por entre 20 y 30 individuos, una manera de estimar la densidad poblacional de ese relicto de bosque que forma parte de la Estación Experimental de la Universidad de los Andes, cuyas instalaciones están prácticamente en el suelo por la falta de recursos para su mantenimiento; otro costado de la prolongada crisis que atraviesa Venezuela.

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