No es la primera vez, y posiblemente no sea la última, en la que el episcopado venezolano tiene una palabra profética dirigida a los venezolanos.
La Iglesia Católica consciente del clima de angustia e incertidumbre imperante en Venezuela exhortó a generar confianza y despejar toda duda en el histórico proceso electoral del domingo 28 de julio.
Este documento “Caminar Juntos con Esperanza” de los obispos venezolanos reunidos en la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) nos invitan a participar activamente, sin miedo, “en este acontecimiento electoral que marcará el futuro de la República que se encuentra en una situación de grave crisis que golpea al pueblo sujeto de la democracia”.
Es necesario escuchar los mensajes esclarecedores inspirados por Dios de nuestros líderes espirituales en estos momentos dramáticos de sufrimiento que estamos viviendo.
La sociedad toda necesita palabras que inviten a la serenidad y se promueva la transparencia absoluta del proceso electoral para generar un clima de paz y reconciliación.
Los señalamientos de la Iglesia es una condición indispensable para la legitimidad de origen que posibiliten la gobernabilidad y la paz social.
Es a través del voto “libre y consciente que se lograrán las reformas profundas de la democracia, de la sociedad civil y de la calidad de vida”.
Iluminados con palabras proféticas, nuestros pastores observando los signos y señales de nuestro tiempo, nos invitan a ejercer el voto en igualdad de oportunidades como instrumento democrático para lograr los cambios que nos conduzcan al bien común y a la justicia social.
De igual forma, la Conferencia Episcopal Venezolana exige el cese de la persecución y hostigamiento en el desarrollo de lo comicios.
Los obispos subrayaron la importancia de considerar el voto y la paz que generen y aporten soluciones a la ardua tarea de transformar la realidad dolorosa de este país llevado al caos por doctrinas políticas alejadas de Dios.
Es esta la oportunidad, como lo señala la Conferencia Episcopal, es el momento que nuestros líderes cumplan el compromiso con los cambios necesarios que logren erradicar las realidades de pobreza, donde muchos mueren por el hambre, o están desesperados por la falta de empleo, destruidos y humillados por las enfermedades y sin medicinas, agobiados por la falta absoluta de condiciones para vivir, la corrupción y que luchen y hagan realidad los cambios que nuestro pueblo para que tenga una vida digna, próspera y en abundancia.
Los cristianos no somos meros espectadores “mirones de palo” de este estado de cosas contrarias al evangelio de Jesucristo y nuestros obispos, conscientes de esto nos invitan a participar en el acto electoral. No podemos quedarnos indiferentes.
“No temas, porque yo estoy contigo, no tengas miedo, yo soy tu Dios. Yo te doy la fuerza, y te sostengo con mi diestra victoriosa”. Is 41, 9-10
¡El domingo todos a votar!
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